La Plaza de San Ildefonso es uno de los rincones con más encanto de Malasaña. Aquí, donde antes estaba el antiguo Mercado de San Ildefonso (desaparecido en 1970), ahora encontramos animados locales con terraza; y los días de buen tiempo, incluso gente haciendo cola esperando para conseguir mesa. Entre ellas, destaca una zona con sombrillas de rayas, es la de Ultramarines del Coso, un polivalente espacio que reúne tres espacios en uno (cuatro, si tenemos en cuenta la terraza): bodega, bar de tapeo y restaurante (taberna). Tras él encontramos al grupo Lamucca que, ya sabemos, es garantía de cocina de calidad y a buenos precios.
La Bodega: vinos, quesos y embutidos
Para entender el nombre de este enorme local, hay que pasar primero por su bar de vinos, cuya decoración está inspirada en las antiguas tiendas de ultramarinos. Este primer espacio está repleto de estantes en los que podemos ver un enorme catálogo de vinos, todos ellos a la venta. En el mostrador, una sublime selección de embutidos (buena parte de ellos procedentes de Italia) y quesos españoles, que podemos pedir al peso para acompañar alguno de los vinitos que también se ofrecen por copas para tomar in situ.
En laborables, este ultramarinos del s. XXI abre solo por la tarde (desde las 17h) pero los fines de semana amplía su horario también al mediodía para que podamos pasar a tomar el vermut.
La Barra: desayunos y tapeo
Una colosal barra ovalada ocupa el centro del bar del Ultramarines del Coso. Barra que, como las de los recordados bares castizos que poblaban hace tan solo unos años el barrio, permanece operativa todo el día.
La estética del espacio también se inspira en esos bares aunque su diseño es puro siglo XXI, más cosmopolita y acogedor. Corresponde también a la nueva forma que tenemos -por ejemplo- de entender el desayuno, sus nuevos horarios (de 10 a 13h) y más cuidados productos (café de especialidad, tostadas con aguacate, salmón o bacon, bollería artesanal). Pero también de tapear, como vemos en su carta, en la que encontraremos muchos de los clásicos de taberna a los que se les da un pequeño toque creativo que los hace aún más irresistibles: Ensaladilla rusa ahumada con salmón, Croquetas de sobrasada con dip de queso de cabra, Funky Callos o Smoked panceta.
Tanto dentro como fuera de ella, la actividad en esta barra es incesante durante todo el día. No en vano, desde aquí se gestiona el servicio de la terraza; sin duda, el escenario perfecto para tomar los cócteles que aquí también se preparan.
La Taberna, con cocina de Andy Boman
Si lo que nos apetece es vivir una experiencia gastronómica de sobresaliente, hay que ir directamente a la taberna, la estancia más grande. La sala, que llama inmediatamente la atención por su decoración moderna, elegante y cosmopolita, está a la altura de su propuesta gastronómica, que la casa ha confiado a Andy Boman, A.K.A. El Flaco.
El chef de origen sueco ha creado una carta en la que, sin renunciar a la cocina tradicional española, percibimos su pasión por la cocina tailandesa y vietnamita, la fusión y la técnica del ahumado, tan habitual en la cocina nórdica. Para ello ha dispuesto un potente ahumador dentro de la cocina del que se vale para elaborar un excelente Tiradito de lubina ahumada con ají amarillo o las Costillas de cerdo ahumadas con sticky asian glaze que tantas alabanzas despierta entre los que ya han tenido ocasión de cenar aquí.
Nosotros optamos por las Brochetas de cordero con tahini, sumac libanés y pan roti que también estaban bien buenas. Otro plato que entusiasma es el Timbal de alcachofas que es perfecto para compartir como entrante; la receta incluye almendras, tomates semisecos y cebolla morada que combinados con la alcachofa frita dan origen a un adictivo juego de texturas. Nos quedaron pendientes el Ssam de oreja thai crujiente y la Hamburguesa con jalapeños y kimchi que también nos dicen que son de nota.
En cuanto a los postres, solo se nos ofrecen dos opciones, pero ¡qué dos opciones! Mousse de Chocolate Crujiente de Merengue y Frambuesas y, la más exótica, Pavlova de Maracuyá y Frambuesas, una tarta que apasionará a los amantes de las combinaciones arriesgadas y refrescantes.
Llegados a este punto es de justicia recordar la impronta del grupo Lamucca en este pequeño complejo hostelero en el corazón de Malasaña. Y que no hace sino firmar otro capítulo de éxito de una historia basada siempre en la diversión frente a la mesa -y a la barra, también en este caso-.
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