‘Tropikal Luxury Buffet’, un all you can eat de alta cocina asiática
Lo admitimos: los restaurantes buffet siempre nos han dado cierto reparo; por no decir que no pisamos uno desde nuestros años de estudiantes. Por mucho que algunos se empeñen en hacernos creer lo contrario, comida en cantidad a bajo precio nunca en sinónimo de calidad. Sin embargo, hemos de reconocer que el formato nos parece divertido: ese momento en que te encuentras frente a un montón de -en principio- llamativos platillos, y el hecho de saber que tienes total libertad para coger y probar todos los que desees, sin límite, siempre resulta excitante, ¿verdad?
Por eso nos llamó la atención el modelo con el que se presenta Tropikal Luxury Buffet, un restaurante ubicado en el barrio de Chamartín (muy cerca de Plaza de Castilla), que propone un completísimo buffet de alta cocina asiática en el que podemos degustar por un precio cerrado más de 70 platos típicos de países como Japón, China, Tailandia, Vietnam o Corea. Precio único que, en este caso, no quiere decir «bajo precio», pues el ticket para disfrutar de su completísima oferta de platos orientales equivaldría al precio medio de comer en cualquier restaurante de nivel aceptable en Madrid (28,50€, sin incluir bebida ni postre). Esa es la primera diferencia, aunque hay otras más que pudimos comprobar durante nuestra visita. Por ejemplo, en Tropikal los platos nunca están a la vista del cliente para que pueda coger los que le apetezca; podemos verlos todos en la carta y después pedirlos al equipo de sala, que nos acercará a la mesa todos los que solicitemos. Así, tenemos los garantía de que lo que vamos a comer ha sido preparado expresamente para nosotros, al momento, empleando siempre productos frescos y de calidad apreciable.
Si a ello le añadimos las cuidadas presentaciones de todos y cada uno de los platos, más un eficaz y muy cordial equipo de sala, podemos decir que más que un «all you can eat» -que lo es- es otro concepto, mucho más elevado de lo que hasta ahora hemos conocido. Es más, en su carta encontraremos platos que serían impensables en cualquier buffet al uso, como el Lomo bajo de ternera al tie ban (esa pequeña parrilla japonesa en la que podemos asar nosotros mismos cada pieza de carne) o sashimis de corvina o hamachi (pez limón), pescados que un buffet convencional y económico no se podría permitir. Precisamente el capítulo destinado a los distintos tipos de sushi y rolls es donde posiblemente se haga más evidente esa diferencia de calidad de la que venimos hablando. ¿Quieres comprobarlo en primera persona? Entonces comienza tu pedido con unos nigiris de atún y otros de himachi, un plato de sashimi variado y el Spiderman Roll, con cangrejo japonés, lechuga, salmón y aguacate, entenderás de lo que hablamos. Y, por supuesto, su Pato laqueado, cocinado al estilo pekinés y servido junto a las tradicionales crepes mandarines para que podamos tomarlo con pepino, puerro y salsa de marisco.
La oferta de platillos a incluir después puede resultar abrumadora, todo depende de tus gustos y la querencia por una u otra de las gastronomías que la cocina de Tropikal aborda. Si eres más de cocina japonesa, deberías probar lo bien que hacen el Ramen de ternera, las gyozas (pollo frito o ternera) o el Solomillo teriyaki. Si, en cambio, te tira más la gastronomía china, tienes que pedir, sin lugar a dudas, sus dim sun (de secreto ibérico o de langostino), el arroz cantonés y las alitas con miel. De Taiwan conviene degustar el gun bao con pollo, verduras, salsa de anguila y mayonesa, y de Corea el bibibamp (arroz, verduras, huevo y ternera), ese plato emblema de la península ubicada al sur de china y que es celebrado en todo el mundo por sus propiedades nutricionales.
Se nos olvidó comentar que, al igual que no hay límite de platos para pedir (a no ser que comas a la carta, pagando únicamente por los platos que tomes), tampoco lo hay de tiempo. Una vez en la mesa, puedes estirar el almuerzo o cena todo el tiempo que quieras probando platos y platos. Lo que seguro sí tiene límite es tu estómago, razón por la que te recomendamos pensar muy bien tu elección o, en todo caso, ponerte de acuerdo con tu acompañante para probar entre ambos el mayor número de platos. Los que queden pendientes, anótatelos como hemos hecho nosotros, para una segunda, o tercera, visita.
