Sin salir del barrio de Las Letras, uno puede viajar a México, Perú, China o Marruecos a través de los platos que salen de la cocina de Tándem, el hermano pequeño del restaurante Triciclo con el que comparte espíritu, jefe de cocina e incluso platos. Para más coincidencias, está situado tan solo unos números más abajo, en la misma calle Santa María. ¿Cuál es la diferencia, entonces? Su apuesta por la cocina para compartir y tapear durante todo el día.
Éste es un restaurante pequeño, con recovecos y saloncitos interiores que tienen capacidad para apenas unas pocas mesas, y una barra de bar que hace las veces de zona de espera, más que de espacio para tomar algo. Su decoración es sencilla a base de mobiliario retro y vintage, mesas compartidas de madera, banquetas altas, iluminación a media luz, flores secas, vajilla de porcelana antigua… Con todo, logra un ambiente de estética acogedora y sin pretensiones que se convierte en el escenario perfecto para degustar platos de altura, incluso en medias raciones.
En cada plato, y siguiendo la estela culinaria iniciada en Triciclo, sobresale un marcado interés por la fusión, como evidencia el tiradito de corvina con aguacate, leche de tigre, batata y frambuesas, inspirado en los sabores de Perú, o el bao con carrillera y curry rojo, que lleva directo hasta la cocina asiática. Las referencias cañís también están presentes en la carta de Tándem con en el tartar de chicharro, un pescado típico de las recetas del País Vasco, o las costillitas de conejo rebozadas en panko, con el intenso sabor a caza de los guisos tradicionales de antaño.
Además de las propuestas de carta, es interesante preguntar por los platos fuera de ella y las sugerencias del chef, que son habituales, numerosos y muchas de ellas procedentes de la carta de Triciclo, como los ‘canelones de nuestro Ferrán’, convertidos ya en toda una institución. El único ‘pero’ -por buscar alguno- es que solo pueden degustarse en los horarios de comida y cena, porque los fogones de Tándem hacen una pequeña pausa a media tarde, momento en el que cobra protagonismo la repostería casera para la merienda; el mismo que tienen sus tartas caseras por la mañana, a la hora de los desayunos. Para los domingos se reservan el brunch, a base de frutas, huevos, bocadillos, ensaladas, helados, zumos, refrescos y Bloody Mary. Una propuesta para cada momento del día que hace que Tándem no deje de dar que hablar.
*Fotos Juan David Fuertes / Alfonso Ondarroa.