En pocos lugares del país sienten tanta pasión por el arroz como en Alicante, y en pocos lugares cuentan con tantas variedades como ellos: A banda, del Senyoret, de Conejo y Setas, con Costra… Y, a pesar de lo que muchos creen, soy muy diferentes a la paella, lo notamos en su sabor y en su color rojizo, que proporciona la salmorret, base de todas sus recetas.
El sabor de sus arroces ha convertido la provincia de Alicante en destino gastronómico nacional, algo muy parecido a lo ocurrido en Madrid con Taberna Peñalver, que también es destino obligado para todo el que busque comer un arroz alicantino de verdad. Solo hay que ver las valoraciones de esta arrocería en el barrio de Salamanca en las redes sociales: entusiasma a todo el que lo visita. La calidad de sus ingredientes, el excelente punto de los arroces, sus inmejorables precios, el servicio… Difícil encontrar un pero a esta casa donde, además de una quincena de arroces, cuentan con una impecable carta llena de platos que son puro Mediterráneo: platos de cuchara, raciones tradicionales, pescados, carnes…, en fin, todos los clásicos de la cocina española.
UN INTERIORISMO DESLUMBRANTE
Y como sucede siempre, cuanto más popular es un restaurante más difícil se hace conseguir mesa, y más si hablamos de fines de semana. Así que la apertura de una segunda Taberna Peñalver es una grandísima noticia. Más, si tenemos en cuenta que lo hace en La Latina, un barrio muy tabernero en el que sí echábamos en falta una arrocería que fuese auténtico referente. Y más concretamente, en el local que deja el Restaurante Estaban, una legendaria casa de comidas en la Cava Baja que ha sido remodelado íntegramente, adquiriendo un look mucho más actual y acogedor. Os aconsejamos dar un paseo por las distintas estancias que se reparten por las dos plantas del inmueble, pocas veces verás una reforma realizada con tanto criterio y tan buen gusto.
Además de un muy atractivo interior, La nueva Taberna Peñalver cuenta con un salón mucho más amplio, capacidad para un mayor número de comensales y una cocina de mayores dimensiones, que podemos ver en plena ebullición antes de pasar a ocupar nuestra mesa. Lo que no cambia es la carta, totalmente idéntica a la del restaurante de Conde de Peñalver, con los arroces alicantinos como grandes protagonistas. Hay hasta 15 modalidades para elegir, desde el más sencillo (y económico) Arroz de la Huerta, hasta los elaborados con Bogavante o Carabineros. Entre un extremo y otro, los indispensables Señoret (calamar, chopitos, gambón, rape y mejillones), A banda (calamar, rape y gamón) o Marisco (gambón, rape, calamar, almejas y chopitos). Los arroces se elaboran al momento y se sirven en la mesa por el mismo personal de sala.
RACIONES TRADICIONALES Y CARNES
Para picar algo mientras llega el arroz, la opciones son aún mayores: Ensalada de tomate con jamón ibérico y parmesano, Torreznos de Soria, Sepia a la plancha, Pulpo a la brasa, Huevos fritos con jamón ibérico de bellota, Chuletillas de cordero… Vamos, que puedes venir a comer o cenar perfectamente sin tener que pedir un arroz. Es más: hay un capítulo entero de carnes (Lomo de vaca madurado, Solomillo de vaca austriaca con salsa París, Secreto ibérico a la plancha…) para hacer una de esas comidas tan nuestras con un principal y muchos platos al centro.
Por último, nos vemos en la obligación de reseñar su tarta de queso, que no es otra-tarta-de-queso-más (como estarás pensando). Se sirve caliente, muy muy cremosa y acompañada de helado: va a ser la causa de una guerra de cucharillas sobre la mesa.
Lo bueno de Taberna Peñalver es que tiene opciones para todo tipo de públicos, y no solo por la variedad de su oferta, también porque podemos adaptar la comanda a nuestro presupuesto. Y eso, a día de hoy, es muy de agradecer.
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