‘Superchulo’, cocina ética y vegetariana en Malasaña
Basta con poner un pie en el interior de este local del barrio de Malasaña para contagiarnos del buen rollo y del estilo de vida ecofriendly que promulgan desde arriba. Superchulo (Manuela Malasaña, 11 <M> Bilbao / Tribunal / San Bernardo) –nombre que juega con el clásico chulapo madrileño– nace bajo una premisa clara: nutrir cuerpo, mente y alma, tanto con los platos como en el espacio. Así lo ha querido Rebeca Torobio, copropietaria del local junto a su pareja Cata y alma máter del proyecto, quien a sus 22 años puede presumir de tener uno de los restaurantes más originales del centro madrileño.
La carta de este singular local huye de los lugares comunes y platillos de moda, y se adentra en una cocina original, sugerente y sostenible, con influencias orientales –el tom Kkha vegano o el pad thai de la Manuela–, y hasta guiños a la dieta crudívora –las minipizzas cósmicas o cualquiera de sus deliciosas ensaladas–. Incluso se atreven con revisiones de clásicos de nuestra tierra como la paella Superchula o su propia versión de las bravas bautizadas como patatas inolvidables. Como cabía esperar, tampoco falta entre su oferta el último hit del finger food, el omnipresente bao, pero con una vuelta de tuerca: elaborado con espinacas y relleno de temphé caramelizado, mermelada de cebolla y crocante de cacahuete. Cabe decir que tanto el pan que sirven con sus platos como las semillas, los huevos o la leche utilizados en sus recetas provienen de mercado ecológico. Y, cómo no, en su carta además de menú del día, también encontramos varias propuestas para celíacos y 100% veganos.
La razón por la que aquí no se elaboran recetas con carne o pescado cobra todo el sentido en un restaurante con una filosofía tan ecofriendly como éste: sus propietarias estuvieron buscando proveedores y fábricas con las que trabajar y no hubo ninguna que dedicada a la carne y el pescado que garantizara que los animales no hubiesen sufrido. Porque eso es precisamente lo que quieren evitar. En sus platos solo quieren buena energía y positividad. Una determinación a la que Superchulo saca partido con la utilización de productos menos usuales en la dieta mediterránea pero harto conocidos en países como Tailandia, Indonesia o Japón.
A todo este colorido festín se suma un enorme local dividido en diferentes estancias que reciben nombres tan divertidos como ‘el bosque’, ‘el market’ o ‘la zona de cabañas’, todas ellas con detalles que remiten al campo, a la naturaleza, al origen: jardines en el techo, calabazas colgando, columpios de cuerda y mobiliarios creados a partir de maderas sin talar. Además, el local cuenta con un bonito y amplio espacio en el subsuelo para degustar alguno de sus macerados orgánicos y smothies. Un auténtico edén para green lovers, curiosos y nuevos chulapos que promete convertirse en ‘la otra’ opción cuando se trata de salir a comer fuera de casa.
*Fotos Paco Montanet
