Cuando pensamos en comida japonesa lo primero que nos viene a la mente es el sushi, el sashimi, o tal vez la ensalada de alga wakame. Sin embargo esta no es la comida más habitual en Japón, allí la dieta doméstica se basa en el arroz y la sopa, y si hablamos de sopa tenemos que referirnos al plato que, aunque importado de China, desde los años 90 causa verdadero furor entre los nipones: el ramen.
Madrid, una ciudad atenta a todas las tendencias gastronómicas, no podía pasar por alto la popularidad de este plato y cuenta ya con su propio ramen bar. Se trata de Ramen Kagura, un pequeño y cuidado establecimiento en el Madrid de los Austrias que posee una sencilla y contundente oferta: diferentes tipos de ramen, mazesoba (ramen sin caldo, para cuando las temperaturas no dan ganas de sopa) y menús muy generosos (perfectos para compartir), consistentes en un plato de ramen de cualquier tipo y una guarnición (gyosas, arroz…) que también se puede pedir en forma de tapa.
El plato, que es la version japonesa de la sopa china de fideos, consiste fundamentalmente y en su versión más clásica en una sopa con pasta de trigo, soja, cerdo hervido, brotes de bambú y vegetales. En este ramen bar del grupo Hanakura, que ya cuenta con un restaurante en Madrid y dos en Tokio, ha logrado conectar con el gusto del público más exigente, acostumbrado a paladear este tipo de platos, con sus fideos caseros y caldos cocinados a fuego lento a base de huesos de cerdo, según la receta tradicional y sin concentrados. Además disponen también de su versión vegetariana.
El local, de líneas sobrias y decorado con ikebanas, cuenta además con una sala al fondo para grupos, perfecta para ir a comer o cenar con amigos. Y todo a precios más que razonables, sobre todo teniendo en cuenta lo abundante de las raciones. Cosa infrecuente que se agradece, y mucho.