Un lugar de lo más familiar, enraizado en la cocina italiana más tradicional pero con un toque madrileño. Así es Nina Pasta Bar, un espacio al que su artífice, la parmesana Adriana Restano, se atreve a calificar como ‘ítalo-castizo’ porque basa su propuesta en las recetas que ha heredado de su familia, a las que ella añade ahora ciertos guiños propios de gastronomía popular de Madrid, la ciudad que le motivó a dejar su ciudad natal para emprender una nueva vida. La Latina, el barrio en el que se instaló hace ya casi dos décadas, ha sido el elegido para localizar este restaurante que lleva el nombre de su abuela materna, Nina, la mujer que le infundió su pasión por la cocina.
A Nina, «La mejor cocinera del mundo», según sus palabras, la podemos ver paseando en bicicleta en el mural que al fondo de la sala ha realizado el brasileño Filipi Fri (¡y solo con rotuladores!). Se trata de una imagen inspirada en una fotografía original de la abuela de nuestra anfitriona, aunque donde realmente vamos a percibir su presencia es en la cocina que se ubica tras la barra donde Adriana y su equipo ponen en práctica cada día los consejos aprendidos de ella.
ANTIPASTI Y PASTA CON UN TOQUE MADRILEÑO
Con este restaurante la parmesana cumple un sueño y, aunque desde el primer minuto se ha ganado el favor de los vecinos y habituales del barrio,-el suyo es uno de esos lugares para volver una y otra vez-, prefiere ir despacio y se presenta con una carta breve (una decena de antipasti y ocho platos de pasta) pero muy afinada, y -esto os va a gustar- con precios más que comedidos. Ya en los Antipasti, que deben ejercer de entrantes, encontramos un plato que resume, y muy bien, sus intenciones: los Gnoccis Bravos, una versión italiana de las míticas patatas bravas madrileñas y que reemplaza las patatas por gnoccis fritos. Una fusión italo-española que también formula uno de los grandes platos del restaurante, los Parpadelle con ragú capote, una pasta con salsa boloñesa al estilo tradicional, pero que emplea carne rabo de toro bien desmenuzadito (algo que logra tras 8 horas de cocinado) en lugar de carne picada.
Eso sí, los Parpadelle van a generar un serio dilema a los amantes de la pasta que tendrán que elegir entre ellos o los Spaguetti a la Carbonara, EL PLATO de la casa, elaborado de la forma más ortodoxa solo con huevo, queso pecorino romano y el toque personal de Adriana, el parmigiano, que se raya sobre el plato en la propia mesa del cliente. Su pasión por el queso no se queda solo aquí, también podremos disfrutarlo en las Croquetas de parmigiano reggiano que sirven también para un picoteo en barra, o en la Tablita Parmigiano Reggiano 24 Mesi, una tabla que nos brinda el placer de maridar queso parmesano con distintas conservas italianas. Lujazo.
VINOS Y TIRAMISÚ ITALIANO
Para conseguir que la experiencia en Nina Pasta Bar sea todo lo redonda posible, la propia Adriana se ha ocupado de seleccionar los vinos que mejor armonizan con su personal propuesta; italianos, por supuesto. Así que, tanto para los entendidos en vino como para los que no, lo más recomendable será dejarse asesorar por ella. Y no desconfiéis si su recomendación es un Lambrusco, que no se trata del por todos conocido rosado con burbujas, sino el auténtico italiano, con un sabor alejado de los dulces y un color más oscuro; de veras que sorprende.
Y luego falta el Tiramisú, que como en todo buen italiano, está de escándalo. Aunque, los que prefieran seguir experimentando con la fusión también van a encontrar otro postre estimable: Gelato al chocolate, una copa con dos bolas de helado de chocolate acompañado de dos churros calientes para mojar. Los dos sirven también de excusa para dejarnos caer por este rincón de La Latina cualquier tarde para merendar o tomar un capuccino con los amigos, ya que, como abre sus puertas desde por la mañana, se ha convertido también en punto de encuentro de aquellos que buscan un rincón con encanto y en el que le traten como en casa, en cualquier momento del día. Ben fatto, Adriana.
EL IMPRESCINDIBLE… Ya lo hemos advertido, sus Spaguetti a la carbonara está increíbles.
FÍJATE EN… Por todo el local se reparten muchos objetos y recuerdos de la familia de Adriana, todos ellos tienen una historia que contar.
*fotos: Ana Santos