*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
MyVeg ha colocado en pleno Triball un concepto gastronómico original, basado principalmente en la verdura y con unos precios más que contenidos. Sí, lo que se ve es un restaurante, pero tiene una historia detrás. myVeg es el resultado a pie de calle de un proyecto que llega gestado (y preparado) desde Navarra, un despliegue de investigación que tiene por objetivo conseguir la atemporalidad de las verduras.
Duro trabajo, ensayos, tecnología y desarrollo de diferentes técnicas que han dado como resultado una cocina central, donde se deja lista la verdura para que sea rematada en el restaurante. Sea cual sea su temporada, han logrado preservar el punto justo y la calidad para que llegue a la mesa con las máximas garantías. Y no hay lugar para la desconfianza, ya que hay mucha experiencia detrás en fogones; tanto que uno de los socios del proyecto es David Yárnoz, propietario del reconocido restaurante navarro de El Molino de Urdániz. En Madrid, otra de las ‘patas’ trabaja duro en la gestión, Íñigo Orla, que también cuenta en Pamplona con negocios de restauración.
El resultado es una cocina sana, en la que se respetan los aromas y texturas de la huerta del Valle del Ebro. Prueba de ello son platos como alcachofas fritas con limón y parmesano, espárragos frescos con huevo escalfado o guisantes a la crema, sin olvidar las cremas, como la de calabaza y romero, langostino y espinaca. La verdura tiene mucho peso en la carta, pero no faltan otras opciones como chipirones a la plancha con tartar de aguacate, tomate y cebolleta, o un original conejo guisado y frito con panko, con césar de limón y hierbas. Atención también a su carrot cake y cremoso de chocolate blanco, o su fina y deliciosa tarta de manzana con helado.
La propuesta de vinos es variada, fresca, alegre. Riojas y Riberas se salpican con otras D.O. con nombres interesantes, tanto como sus precios, contenidos, siguiendo la línea de lo que ofrece el restaurante.
Todo esto en un espacio blanco, sencillo y espacioso, con suelos de madera oscura y detalles como aceite en cada mesa, dos variedades de pan diferente que llegan envueltos en papel kraft y cartas sencillas prendidas con pinzas de madera en recortes de cartón. El salón se distribuye en torno a un patio acristalado y en la zona de la entrada hay unas mesas altas y bajas para un ambiente más informal. Cuentan con un menú que cambia semanalmente y a un precio ajustadísimo (con aperitivo, entrante, plato de verdura y segundo, más postre) que es una gratísima noticia en la zona. Más si tenemos en cuenta que no solo está disponible a mediodía, sino también las noches entre semana.