Sorprendente y sin etiquetas: Hiro Cocina conquista Malasaña

Pocas veces hemos encontrado un restaurante tan inclasificable como Hiro Cocina, y más en Malasaña, territorio donde -por el momento- no es habitual encontrar restaurantes con cierta ambición gastronómica. En Hiro se come muy bien, por eso te lo queremos recomendar, pero nos es complicado adscribirlo en una categoría concreta. En la carta, de apenas una docena de platos, hay influencias de la cocina de Oriente Medio, de Italia, de Japón, de Perú… pero son creaciones originales que no pertenecen al recetario de ninguno de estos países, y que solo podrás degustar aquí. Así que lo mejor es sentarse en la mesa, o alrededor de su barra, y dejarse sorprender.
Ese es el objetivo de este pequeño comedor en la calle Espíritu Santo que derrocha personalidad, pasión por la cocina y buen gusto por los vinos. Detrás de Hiro se encuentra Lucas Ciasullo, un joven chef argentino (aunque cuenta con ascendencia gallega, italiana y argentina) que, después de trabajar con algunos de los mejores chefs del país, en restaurantes de alta cocina, decidió emprender por su cuenta y poner en marcha proyectos más terrenales y sencillos. Primero creó GOAT, una enseña de hamburguesas especializada en burgers de pollo y de carne de Discarlux que ya cuenta con dos locales en Madrid y uno en Málaga. Una vez asentados, se lanza a esta nueva aventura donde da rienda suelta a toda su creatividad y experiencia adquirida en las distintas cocinas por las que ha pasado.
RECETAS ORIGINALES CON MULTITUD DE INFLUENCIAS
La carta es breve pero todos los platos aprueban con nota. En especial la Straciattella, el cremoso relleno de burrata que aquí sirven con una base de crema de maíz dulce, ají amarillo y salsa de chiles crujiente. Ya si lo mojas con su pan de masa madre que acompaña el plato (adquirido a sus vecinos de Santo Bakehouse) es la felicidad máxima.
El Saam de mollejas y langostinos también es espectacular. Optamos por este sorprendente y equilibrado mar y montaña que nos llamó poderosamente la atención al encontrarlo en la carta, aunque el plato que arrasa y se ha convertido en icono del restaurante son las Mollejas de vaca cocinadas a baja temperatura -aunque marcadas en sartén- con mantequilla, yuzu y salsa criolla; Hablan maravillas de él, pero lo dejamos pendiente para una segunda visita.
Lo que sí que no dejamos pasar fue el Kofta de cordero andaluz con yogur tandori, otra de sus recetas más aplaudidas. Debe tomarse con pan lavash y es perfecto para compartir, ¡bien gustoso!
Los postres también están a nivel. Lo gozamos, y mucho, con su ganacha de chocolate y mango, ¡soberbia! Su versión de la tradicional Pera en almíbar con crema de almíbar también es un buen acierto.
Para redondear la experiencia, cuentan con una formidable lista de vinos naturales, con etiquetas muy interesantes y precios perfectamente asumibles que animan a pedir por botella. Además de kombuchas llegadas desde En Bruto.
El local, aunque pequeño, tiene encanto a raudales, con amplios ventanales que lo inundan de luz natural y ambiente súper agradable. Otro plus para volver a Hiro, con nuevos amigos a los que descubrir su fantástica e inclasificable cocina; disfrutarán ellos y disfrutaremos nosotros. La carta estará siempre en evolución acogiendo nuevas creaciones del chef y productos de temporada.
Ver esta publicación en Instagram