Podemos decir sin miedo a equivocarnos que Malasaña es el barrio madrileño capaz de abrazar cada nuevo concepto gastro que pisa la ciudad. Y lo hace sin miramientos: sabiendo que sus calles son el hervidero perfecto para presentar nuevas tendencias. En este contexto hemos visto nacer su apertura más reciente: Brutal Burrito. En pleno centro, esquina de San Bernardo con Vicente Ferrer, tenemos el local que quiere cambiar esa visión tan aburrida y distorsionada que tenemos de los clásicos burritos mexicanos.
Está claro: el caballo ganador de la gastronomía callejera mexicana que más estómagos pone patas arriba en Madrid son los tacos. Pero (y hay un gran ‘pero’): ¿qué ocurre con los burritos? ¿Por qué no hay sitios especializados más allá de los clásicos locales que llevan años y años haciendo el mismo producto? Aquí es donde nace un concepto integral dedicado a la esencia de la streetfood mexicana más desconocida: los burros caseros que elaboran en Hermosillo, al norte de México. Ciudad a la que viajaron los creadores de Brutal Burrito para comprobar en su propio paladar si este bocado callejero de verdad tenía solera o simplemente se trataba de una ‘americanada’ más que habían traído a Europa. No solo descubrieron que era un ‘platazo’: además se dieron cuenta de que su elaboración casera requería de ingredientes de calidad y, sobre todo, de buen hacer.
En este contexto vuelven a Madrid y abren Brutal Burrito, un auténtico universo mexicano inspirado en la gastronomía de sus calles que no se queda solo en la comida, sino que se traslada a toda la imagen gráfica gracias al estudio Tres Tipos Gráficos y al interiorismo del local cortesía de Burr Studio. Un espacio de enormes ventanales que recuerda al país latino, donde al entrar parece que sales a la calle otra vez: el suelo es de ciudad y la decoración es de inspiración industrial con toques mexicanos bien cañeros. Varias lonas amarillas cubren el espacio y le otorgan ese aire a feria informal a la que vas a comer con amigos mientras mojáis el morro en mesas kilométricas. De fondo pantallas con mensajes random como ‘Not a kebab’ y en medio del local el centro de operaciones: su cocina. Y al descubierto, claro, para que podamos ver bien qué hacen y cómo lo hacen.
Su propuesta son los burritos no convencionales (con guiños a México y a otras culturas) pero siempre con algo en común: apuestan por el producto de calidad hecho en casa. Para ello han partido de la necesidad de que haya sabor y no sepa todo igual. Lo vemos en las verduras frescas que cocinan cada mañana, en las salsas que elaboran ellos mismos y en las tortillas de harina caseras que envuelven los burros. Y es que las hacen artesanalmente igual que las familias mexicanas que pasan sus recetas de generación en generación. Para ello se ayudan de un horno muy especial y único en España que han traído desde allí y que les da una textura y elasticidad que les diferencia del resto de propuestas de burritos de Madrid.
¿Y en la carta? Para empezar la comilona tenemos algunos entrantes como las Quesadillas rellenas de queso tierno, Gouda, Cheddar, Camembert y chile con carne estilo Sonora; los Nachos caseros gratinados con mix de 4 quesos, chorizo picante, mayonesa de lima, frijoles refritos, mole negro y cebolla; y también una bandeja que ya está arrasando entre los primeros adeptos: las Bacon Cheese Brutal, que son patatas con sazonado Brutal, mezcla de quesos, bacon crujiente y salsa ranchera. Una bomba adictiva que acompaña genial a la siguiente parte de la carta: los burros.
En esta sección encontramos piezas que nunca hubiésemos asociado a un clásico burrito: el Satán, por ejemplo, lo probaron en Hermosillo y les gustó tanto que tuvieron que aprender a hacerlo para servirlo igualito en su local. Se trata de un burro de carne de res estofada a baja temperatura en salsa de chiles estilo Sonora, guacamole y ralladura de lima. El Juego Sucio es otro burro preparado a base de pollo en marinada Brutal, con 4 quesos fundidos, crema agria de lima y habanero. Sorprende la curiosa mezcla del Black Star hecho con carrilleras de cerdo bañadas en mole de cacahuate, crema de maíz, queso, trufa, shiitake, puerro, menta y cilantro. Pero uno de los más sabrosos es, sin duda, el Arlequín, elaborado con panceta de cerdo a baja temperatura con piel crujiente, huevo, cebolla roja, salsa 3 gochos (de creación propia) y hierbas frescas. Todos ellos (y unos cuantos más) se sirven siempre a elegir entre 3 formatos diferentes: envuelto en tortilla de trigo, en una bandeja de 3 tortillas al estilo taco o también en formato bowl, solo con los ingredientes del interior.
¿Para mojar la comida? Cerveza y más cerveza. Sobre todo IPA y alguna referencia mexicana que le va genial a la propuesta. Pero no hay que irse sin probar alguno de los tres postres diferentes que tienen: la tarta de cacao, la de lima y la estrella más aclamada, que es el bizcocho de maíz con 3 leches. El popular postre latinoamericano que empapa la torta de maíz en una mezcla de leche líquida, crema o nata de leche y leche merengada. Una bomba calórica que no de indiferente a nadie y que hay que probar sí o sí.
Brutal Burrito es, sin duda alguna, un concepto de fast food hecho con amor, que viene dispuesto a cambiar la aburrida oferta de burritos de Madrid con un discurso muy cañero, una carta inspirada en el México más sabroso y un buen rollo que lo empapa todo. ¿Para qué queremos más?
EL IMPRESCINDIBLE… Su burro Arlequín servido en forma de 3 tacos, muy bueno.
FÍJATE EN… Las pegatinas de colores que ponen a los burritos y los mensajes que van saliendo en las pantallas, ¡molan mucho!