‘Los Porfiados’, sinónimo de Lavapiés
Lavapiés tenía que ser. Y es que hay locales que nacen para estar en un lugar concreto y en un barrio determinado porque fuera de él no tendrían sentido. Es lo que le ocurre a Los Porfiados, que primero nació como asociación cultural bajo el nombre de La Bagatela, y tras una evolución casi natural ha pasado a convertirse en un café-restaurante, uno de los más completos del barrio.
Es ahí, justo en la cuesta de Buenavista, donde están creciendo y haciéndose mayores, contagiando a vecinos y espontáneos con su buen rollo, su espíritu alternativo y su comida hecha a mano. Y parece que lo están haciendo bien, porque para comer o cenar en fin de semana es imprescindible reservar.
Los Porfiados son cuatro, tres argentinos y un catalán -Santiago Echegaray, Victoria Facio, Fernando Nigro y Oriol Comas- que se hicieron amigos en Madrid. Juntos recuperaron este local, convirtiéndolo en una sala espaciosa, con una estética bohemia y muy acogedora a base de muebles que también han sido rescatados hasta de sus propias casas, de familiares y amigos.
Entre las mesas hay mucho sitio, tanto para los que van a comer o cenar en pareja, como para los que lo hacen en grupos numerosos; y mesas bajas con sofá y butacas para simplemente disfrutar de un café, una infusión -que preparan con dedicación de una en una- o una porción de tarta artesanal, a elegir entre lemon pie, chesscake de arándanos o dulce de leche, de zanahoria o incluso de boniato para veganos.
Pero antes del postre, fundamental echar un vistazo a la carta de entrantes y platos principales, hechos a base de ingredientes frescos y de mercado. El resultado es una carta cambiante, para compartir, en la que se puede encontrar desde una crema del día o un quiché de verduras, a ensaladas, pizzas, hamburguesas (todo un best seller del local) y otras especialidades, como fish and chips, milanesa napolitana o brocheta de pollo. Y para picotear entre horas, su selección de tostas y su bocadillo meriodional -espinaca, brie y tomate seco-.
Aunque este no sea un sitio de cañas, sí se pueden tomar cervezas artesanales, vinos peculiares y con carácter -unos por copas, otro solo por botella- y apurar la sobremesa hasta la primera copa, ya sea en la tarde o la noche. Porque cuando uno está a gusto no debe faltar ningún detalle, ni siquiera en un café restaurante tan informal -en el mejor y más auténtico sentido de la palabra- como Los Porfiados.
*Fotos: Alfonso Ondarroa
