‘Mr Frank’, tradición puesta al día
Quien da nombre al local -además de la bienvenida a los clientes- es Paco Ramos que, por eso de haber vivido una larga temporada en New York y Miami, es para muchos Mr Frank. Tras una larga trayectoria en el sector hotelero acaba de ver cumplido el sueño de abrir su propio restaurante en Madrid, y lo ha hecho en la calle Jovellanos, muy cerca del Congreso y del Teatro de la Zarzuela, con la premisa de ser un lugar agradable y de trato cercano al cliente.
Su primer objetivo lo logra gracias a la ayuda de las interioristas Alejandra y Patricia Pombo que, mezclando elementos de diferentes estilos, nuevos y viejos, han conseguido dos ambientes muy distintos entre sí, pero igual de armoniosos y acogedores. La planta de arriba, de inspiración alpina con (falsas) bóvedas asimétricas en el techo recubiertas de madera de pino, es la destinada a comer o cenar más tranquilamente. La planta inferior, unos peldaños por debajo del nivel de la calle, es una bodega del siglo XIX que ha sido reformada y puesta al día sin aunque respetando la esencia de su origen. Más oscura y de ladrillo rojizo, quiere ser espacio para el picoteo más informal y las copas afterwork. Para ello alberga una pequeña barra, mesas altas (la mesa comunal de madera es original del antiguo hospital de O’Donnell) y taburetes de diseño industrial. Ya al fondo, una sala abovedada reservada para celebrar cenas especiales o eventos privados. Contribuye también a crear ambiente una cuidada selección musical al volumen adecuado para animar -que no entorpecer- la conversación.
Y aunque la decoración sea una baza importante en este lugar, en lo culinario Mr Frank no defrauda las expectativas. Aquí no tiene cabida la idea de un menú estructurado en entrantes, primeros y segundos. Todo es susceptible de compartir y consumir en cualquier orden, por eso la imagen que más se repite en las mesas del restaurante es la del plato en el centro. Justo lo que pretende el anfitrión; que los comensales pregunten, se dejen asesorar y prueben distintas opciones de las creadas por el chef sevillano David Nuñez (responsable del restaurante Puerta de Osorio en la capital andaluza), que ha diseñado una carta repleta de platos tradicionales de nuestra gastronomía aunque con el preciso toque maestro que los eleva un peldaño hacia de la categoría gourmet.
Tres grupos estructuran sus propuestas. De ‘De lo de siempre a nuestra manera’ sorprende la mezcla de sabores del salmorejo de cereza con pistachos, anchoa y nieve que queso feta, así como la suave textura del pulpo asado con rebuchón de patata. El grupo ‘Sí, soy carnívoro’ contiene algunos de los platos más acertados: carrillada, pollo teriyaki o solomillo ibérico sobre gratén de patata. Mientras que ‘Madrid, puerto de mar’ sirve para comprobar su buena mano con los pescados, como el lomo de corvina sobre pisto agridculce o el tataki de atún rojo con mayonesa de soja, opción que sin duda convencerá a los más pro de la cocina japonesa.
La carta de vinos es sencilla pero efectiva, muy acorde con su oferta gastronómica y ofrece la posibilidad de pedirlos solos por copas, ya sea para probar distintos caldos como para ajustar el ticket final. Un punto muy a favor de Mr Frank, que nos permite dejar hueco -y presupuesto- para terminar con uno de los postres elaborados por su repostera americana: brownie, cheesecake… Clásicos y contundentes.
