‘La Tuerta Funky Castizo’, comida y cócteles con rollazo en Lavapiés
La Tuerta tiene buen ojo, de eso no cabe ninguna duda. Este local de la calle de la Cabeza tiene ese ‘no sé qué’ que hace que nos entren ganas de volver una y otra vez al mismo sitio. Nos recibe una amplia barra en la que se preparan algunos cócteles de autor que son especiales incluso por los recipientes que los contienen -te mantenemos la intriga hasta el final-. Tampoco falta aquí una carta de comidas que van desde un picoteo clásico con una vuelta de tuerca hasta algunos platos bien contundentes del recetario tradicional, a los que también se les da un carácter especial. Y es que esta nueva señorita de Lavapiés de eso tiene bastante.
Una personalidad marcada que llega ya desde su nombre y sobrenombre. Según nos cuenta Víctor Pinacho, uno de los artífices del proyecto, La Tuerta hace referencia a la forma de llamar en el mundo de la coctelería a los bares de toda la vida: tuertos. Por otra parte, el sobrenombre de funky castizo es su forma de decirle a los potenciales clientes que aquí se viene a pasarlo bien. Algo que queda de manifiesto en una decoración cuidada pero con mucho rollazo que está presente en este restaurante con dos plantas. Una en la que nos recibe una barra en la que se desarrolla su faceta mixológica y también donde se terminan de emplatar algunas de las propuestas de su carta. En esta parte se pueden degustar tanto cócteles como platos, aunque realmente el comedor se encuentra en la parte baja del local, en lo que parecen ser unas antiguas carboneras reformadas con mucho funky, castizo por supuesto.
Su atrayente decoración es un buen pretexto para acercarse a este local de Lavapiés que lo mismo nos ofrece una cena divertida con los amigos que una sesión de «cuchareo» los fines de semana al mediodía (sesiones que maridan cócteles y platos de chef y bartenders amigos). Dicho esto, ¿conocemos a fondo a La Tuerta del barrio?
CARTA ESCUETA PERO CON MUCHO ARTE
A la hora de idear la carta, los chicos de La Tuerta pensaron en crear una carta de coctelería y comida bastante escueta pero completa y que vaya variando con la temporada. En el caso de los cócteles, de los que se ocupa Eme Otero, todos ellos de «un radicalismo creativo» que busca aunar vanguardia y una estética minimalista aunque, como es obvio, también pueden preparar un clásico a quien lo desee. La filosofía de la carta actual, Leaves (la propuesta cambia cada año con un leit motiv diferente), que incluye una veintena de cócteles, es suprimir el uso de fruta natural en las elaboraciones, sustituyéndolas por el uso único y exclusivo de hojas de árboles frutales y arbustos de los que se extrae el sabor a través diversas técnicas. Todos ellos tienen como protagonista una hoja diferente (albahaca, eneldo, estragón, maíz, peral, tomillo) y son prácticamente translúcidos, pues evitan cualquier tipo de textura. Además, reducen al máximo la presencia de azúcar para lograr unos sabores mucho más genuinos.
Un claro ejemplo de lo que os hablamos es el cóctel Lavanda, un combinado con Ron Santa Teresa 1796, Lavanda y oloroso Canasta 20 años en el que podemos apreciar un ligero y agradable sabor a lavanda y que propone un adictivo maridaje con un platillo de almendras dulces que acompañan el cóctel. Una fórmula de alta graduación que va a gustar a los bebedores clásicos pero que ha sido especialmente ideado para gustar al público que, en principio, se resiste a los cócteles con mucho alcohol. También va a sorprender, y mucho, el Hinojo, un cóctel con ginebra Monkey 47, fino en rama de añada, hoja de hinojo y aceituna, perfecto para beber en tragos cortos para abrir el apetito mientras llega la comanda a la mesa.
En lo que se refiere a la carta de cocina, la idea también es que la gente que venga a La Tuerta no se aburra y, por eso, renuevan su propuesta prácticamente cada año. Podría decirse que su propuesta es de una taberna del s.XXI, con platos de cocina tradicional repensada, con formatos novedosos que diviertan al comensal. Entre los platos que más lo petan está su Bikini de patatera, queso y praliné de nuez, un bocado sencillo pero con un toque curioso en el paladar y que, por cierto, va brutal con su Espresso de grifo, una curiosa bebida que solamente puedes encontrar aquí. Tampoco puedes perder la ocasión de probar su Vermú de grifo, cuya receta especiada elaboran ellos mismos y es el complemento ideal de otra de sus alternativas de picoteo.
Si hablamos de platos principales, no podemos dejar de nombrar su Bisque tuerto de marisco con tartar de carabinero y gnocci, una rompedora y gratificante mezcla de sabores y texturas que sirve de exponente de la filosofía de Pinacho en la cocina, o el Brioche de manitas deshuesadas y salsa brava, que -sinceramente- está de muerte. Este plato, al igual que otros, resultan ideales para mezclar con algunos de los combinados que se preparan en su barra. Y es que, si pedimos recomendación a los chicos de La Tuerta, ellos mismos nos prepararán algunos de sus cócteles para maridar con los platos que hayamos pedido. De hecho, nos cuentan que el contenido alcohólico no es demasiado alto precisamente para que se pueda dar este mix especial comida/bebida.
Para cerrar con buen sabor de boca, de postre elegimos las Flan de queso con sorbete de mandarina, un dulce muy diferente, ligero y fresquito para dar paso, como no podía ser de otra forma, al siguiente cóctel. Que si la Tuerta nos echa una de sus miradas especiales, sin dudarlo nosotros volvemos a rendirnos a sus encantos.
EL IMPRESCINDIBLE es su Sándwich de patatera, queso y praliné de nuez que va fenomenal con cualquiera de sus bebidas pero recomendamos especialmente maridarlo con su Vermú o su Espresso, ambos de grifo.
FÍJATE EN… los cuadros que decoran el local. Una reinterpretación de ‘Las Meninas’ de Velázquez y otro un retrato de Carlos III con un toque ‘tuerto’ que los hacen muy especiales.
