Isquia (o Ischia, como se dice en italiano) es la isla más grande del archipiélago napolitano, en el mar Tirreno. La denominada «isla del dios Sol» es conocida en todo el mundo por sus playas de ensueño, sus numerosos parques termales de origen volcánico y su gastronomía. Los pescados y mariscos son los grandes protagonistas de su cocina, pero también la pasta y las pizzas, que según los propios italianos, son de las mejores que se pueden encontrar en todo el país.
Hay multitud de buenos restaurantes por toda la isla, pero si hay uno que se hecho especialmente popular por la calidad de su pasta y originalidad de sus recetas ese es La Tavernetta del Pirata, en Sant’Angelo, un pequeño pueblo de pescadores al sur de la isla. Lo regenta desde hace más de 80 años la familia Poerio, propietarios también de una fábrica de cerámicas muy populares en este pueblecito costero por el que todos los que estéis buscando ahora imágenes en Google mataríais por estar ahora. Pero no desesperéis: aunque estemos a 1.500 kilómetros de sus idílicas playas, Rosalba Poerio, perteneciente a la cuarta generación de los fundadores de La Tavernetta, se ha instalado recientemente en Madrid, ciudad en la que ha querido abrir un restaurante a imagen y semejanza del que su familia dirige en Isquia. Con la misma carta, mismos productos y misma esencia que lleva décadas triunfando frente a las aguas de Sant’Angelo, aunque en una nueva localización en la siempre concurrida calle Santa Engracia -que tampoco está nada mal para practicar el terraceo en una ciudad sin mar, ¿no?-.
Lo que Rosalba sí se ha podido traer hasta aquí es todo el color y encanto del restaurante de la isla italiana, labor para la que ha contado con la ayuda del estudio madrileño Madrid in Love, junto a los que ha recreado un luminoso y confortable espacio, lleno de cerámicas de todos los colores y tamaños, en el que llegamos incluso a sentirnos -solo hay que esforzarse un poquito- cerca del mar. Mucho tiene que ver en ello sus numerosos ventanales, su larga barra de azulejos de colores y las sillas de bambú en las que debemos sentarnos a la mesa. Una mesa a la que, tal y como nos anuncian, vamos a comer en un italiano-italiano: con la pasta al dente de verdad, con salsas hechas al momento, justo antes de servir, y las raciones bien generosas. En la Tavernetta de Chamberí nunca te vas a quedar con ganas de pasta: la pasta que solicites llega en una cazuela, donde los camareros terminan de mezclar la pasta con la salsa elegida, que se queda sobre la mesa para que nos sirvamos en plato la cantidad y veces que necesitemos (salvo para los muy glotones, va a ser difícil comérsela toda).
«De la cazuela a la mesa» es el lema de esta casa que tampoco quiere marearnos con infinidad de platos de pasta en su carta. Es más, su oferta se limita únicamente a seis opciones, aunque todas ellas excepcionales. ¿El mejor ejemplo? Sus Bucatoni del Nonno, una pasta similar a los espaguetti, aunque algo más gruesos, que se hacen acompañar de pasas, piñones, dados de pan frito y queso que va a dejar sin palabras a todos los fanáticos de la cocina italiana. Es la receta más emblemática del restaurante de Isquia y en Madrid, pronto veréis, va a convertirse en una receta de la que todo el mundo hable; no habéis probado nada igual. Otra plato grandioso son los Penne alla Pirata, una receta sencilla con tomate fresco, albahaca, aceitunas negras, alcaparras, Parmigiano y Pecorino Romano, que condensa muy bien el alma de La Tavernetta del Pirata con pasta artesanal bien al dente e ingredientes frescos con sabores súper nítidos que dan como resultado un plato que se queda para el recuerdo.
Además de la pasta, la carta incluye otros bocados formidables para abrir boca en formato picoteo al centro, como la Bruschteta ischitiana (pan tostado con mozarella ahumada y tomate), Pizzete (mini pizzas fritas con salsa de tomate y Parmigiano) o Frito Misto (calamares, anchoas y gambas empanadas y firtas). Más un capítulo de pescados del día y moluscos, indispensables en toda taberna de la costa isquiatina: Suate de bongole (almejas cocida al vapor con limón siciliano y pimienta), Pez espada Pirata (con tomate fresco, aceitunas negras, albahaca y alcaparras) o Carpaccio de Pez San Pedro.
Si queda sitio para algo dulce, la Torta Capresse, de chocolate y almendras, no debería admitir discusión. Aunque si preferís refrescar el paladar ofrecen un buen surtido de helados artesanales que también cumplen expectativas. Con postre o sin él, no os podéis levantar de la mesa sin tomar un chupito (o dos) de su propia marca de meloncello que completa este vibrante recorrido por los recuerdos familiares de los Poerio.
A TENER EN CUENTA… La tarde de los miércoles y jueves (18-22h) La Tavernetta del Pirata celebra el tradicional aperitivo italiano con buffet libre de aperitivos italianos con los que acompañar el inexcusable spritz.
FÍJATE EN… Los soles de cerámica gigantes que cuelgan de sus paredes son un homenaje a las figuritas con forma de sol que los isquianos suelen colgar en las puertas de sus casas para atraer a la buena suerte.