Paseando por la calle Jacometrezo, nos encontramos -en apariencia- con un pequeño restaurante en cuyo interior se encuentra un food truck color plateado. Se llama ‘A Juego Lento’, nombre que nos llevó a intuir que aquí se cocía algo más que comida callejera. Y no andábamos equivocados. Pero vamos por partes.
El local ya de por sí invita a pasar. Su aspecto de callejón, con suelo de adoquines inspirados en antiguos bloques de piedra labrada (que en otros tiempos llenaban las calles de la capital), las mesas y bancos de madera, su enorme food truck y sus grifos de cerveza son todo un imán a nuestros ojos. Es el denominado ‘Callejón de la birra’, pensado para que podamos hacer parada en él cualquier momento del día y disfrutar de su estupendo catálogo de cervezas artesanales (entre ellas, excelentes alemanas como Grevenstainer o Maisels Weisse).
Comida callejera de calidad
Si llegas con hambre solamente tienes que pedir la carta y echar un vistazo a todos los bocados que preparan en su food truck: bocadillos, burgers, ensaladas, pollo frito, costillas… Clásicos de la street food estadounidense, otros importados de América Latina y, en especial, de Puerto Rico, país de cuya cocina apenas tenemos referentes en Madrid.
Así que mejor empezamos con los platos puertorriqueños. En primer lugar están los Sorullitos, unos rollitos de maíz rebozados y rellenos de queso (en este caso, una mezcla de mozzarella y cheddar) perfectos como entrante o aperitivo. Otro que conviene destacar es el Jueguito Lindo (el nombre original del plato es Cielito Lindo) y es una versión de los clásicos nachos tex mex, con la particularidad de que los ingredientes con los que se mezclan se sirven aparte: carne picada de vacuno, salsa mexicana, frijoles, pico de gallo y tres variedades de queso (crema, cheddar y mozzarella).
Ya pensando en algo más que un picoteo os recomendamos probar su Pollo frito picante, con rebozado muy crujiente y de interior muy sabroso (especiado y con un ligero toque spicy), y sus Costillas de cerdo con salsa kimuchi, también para compartir. Y, por supuesto, sería un pecado irse sin probar una de sus Hamburguesas A Juego Lento, con pan brioche y carne de vacuno 100%, que podrás personalizar eligiendo el queso, la salsa y los cuatro toppings que irán en el interior. El tamaño también será de tu elección: 100, 200 o 300 grs. Vienen -cómo no- con patatas caseras o ensalada, tú decides, aunque ya te adelantamos que sus chips caseras son espectaculares.
Un lugar que da juego
Ya con el estómago contento decidimos adentrarnos al fondo del callejón para ver qué encontramos. Descubrimos un salón de estilo industrial donde también es posible sentarse a comer o cenar. Pero la sorpresa llega cuando bajamos las escaleras, abrimos la robusta puerta de madera que hallamos al final y se presenta ante nuestros ojos un auténtico paraíso para los aficionados a los juegos de mesa. Estamos en un gran salón de estilo inglés, con paredes de color esmeralda, mesas de madera en forma de pool table (diseños originales), sofás acolchados en rojo y una estantería/juegoteca llena de juegos a elegir. Aquí, para picar y beber mientras disfrutamos de una buena partida con amigos, solamente tenemos que pagar 3€ por jugador y hacer un consumo mínimo de 10€ por persona durante la primera hora. Podemos estar hasta cuatro horas jugando y, si alguien no capta muy bien las reglas del juego, siempre podemos pedir asesoramiento al equipo de A juego Lento, que nos ayudará en lo que necesitemos.
En este salón clandestino hay opciones para todo tipo de preferencias y niveles, desde juegos de cartas y party games a juegos de rol o war games, difíciles de encontrar en espacios de este estilo. Si sois jugadores muy pro o queréis más exclusividad, podéis reservar el salón privado que se esconde tras sus cortinones de terciopelo rojo, con pantallas y servicios extra que son un auténtica pasada. En uno u otro caso, os recomendamos reservar a través de su página web o redes sociales si tenéis pensado acudir a A Juego Lento para echar una partida, porque poco a poco se está corriendo la voz entre los aficionados y llegará un día en que este espectacular salón deje de ser un secreto.
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