‘Cutzamala Mex Food’, de Cuernavaca al Mercado de Antón Martín
El estruendo de las persianas metálicas de los puestos del Mercado de Antón Martín anuncia que la hora del almuerzo ha llegado, mientras los visitantes paran en uno de los puestos que hay allí para comer. No son muchos, de momento, pues el espacio aún no ha vivido la transición total de mercado de abastos a gastromarket, pero ya hay algunos a tener muy en cuenta, como el mexicano Cutzamala Mex Food.
Su responsable es Uriel Coria, un mexicano de Cuernavaca que lleva más de 20 años en Madrid y que un día decidió cambiar la oficina por los fogones, trayendo al que era su mercado de toda la vida las recetas de su tierra natal. De hecho, es aquí donde compra la mayoría de los productos que sirven en su puesto. En Cutzamala Mex Food intentan que todo lo que sirven sea hecho en su cocina, salvo los que por infraestructura es prácticamente imposible. Es el caso de los totopos de maíz (lo que en España llamamos nachos), que traen de los mejores proveedores y acompañan por, eso sí, un estimable guacamole casero y queso fundido; sin duda, el entrante imprescindible.
Otros platos obligados de su carta, que podemos leer en los pizarras que cuelgan en el puesto, destacan el los tacos pastor (con un original contraste de sabores aportados por la piña, la lima y el cilantro), o su plato estrella, los chilakillers (nombre con el que han rebautizado los chilaquiles), un sabroso plato de carne con salsa y queso, con un buen punto de picante. Y aunque, en general, sus platos no son especialmente picantes, los más valientes pueden pedir la salsa de chiles habaneros, puro fuego que combina con cualquier carne. Para calmar las papilas, qué mejor que una cerveza mexicana, unos margaritas o unas micheladas (cóctel que mezcla cerveza, limón sal y salsas).
Cada día se pueden encontrar nuevo platos en su menú de mediodía, y los fines de semana ofrece la oportunidad de disfrutar de un auténtico brunch mexicano con huevos (a elegir entre: cutza, a la mexicana, chilakillers o rancheros), café de la Puebla o zumo y bollería mexicana. Su horario está sujeto al del mercado, aunque cuando cierra siempre podemos quedarnos dentro un buen rato más, lo que se extienda la sobremesa, para que podamos disfrutar con toda tranquilidad de la pasión mexicana en cada bocado.
