Vietnam, Taiwan, Japón, Corea, China… Lamian by Soy Kitchen recorre lo mejor de la gastronomía asiática y le suma el toque de nuestro producto nacional. El responsable de esta taberna de ramen es Yong Ping Zhang, más conocido en España como Julio. Él es quien ha devuelto el factor sorpresa a la cocina asiática fusión en este pequeño enclave de la Plaza de los Mostenses.
Nada aquí nos hace recordar aquel primer Soy Kitchen de Julio, un bareto con máquinas tragaperras en la planta baja y una cocina asiática como pocas en la superior, conocida, a pesar de su disfraz, por los asiduos a los Mostenses. Ahora, en este mismo espacio, la madera predomina entre el azul petróleo de una sala llena de guiños a su cultura: animales de origami en el techo, pájaros, peces y gatos de la suerte de colores flanqueando su nuevo nombre. Un lugar agradable, acogedor, pequeño pero bien aprovechado. La sala cuenta con varias mesas, dos barras frente a los ventanales y una barra principal destinada también a dar comidas, coronada por tradicionales boles de porcelana repletos de los productos frescos fetiches en la cocina de Julio. En la planta de arriba, un espacio íntimo con un balcón y la cocina de Julio donde se cuece la magia. Todo allí conforma una atmósfera de fantasía que aventura lo que vamos a ver en el plato: una explosión de tradición y modernidad que tiene muy presente las raíces de su chef.
Y es que, iniciarse en el arte culinario en el norte de Hong Kong y pasar por un asador de Pamplona tiene sus consecuencias. En la carta que ha elaborado se mezclan con soltura el rabo de toro con el miso, la oreja con el kimchi o el tataki de caballa con los pimientos de piquillo que adereza con piel de lima, salsa de ostra y aceite de sésamo. Es uno de los entrantes top de los 25 que componen ‘The Rituals‘, sección que abre boca a lo que viene después. Pero, sin duda, su plato fuerte es el lamian, el famoso plato de fideos chinos (lame) con carne. Julio los hace con rabo de toro, miso y garbanzos y con solomillo de añojo en uno de sus platos estrella, ‘El juego de los sabores en la mesa’, hecho a base de lames caseros de boniato con bambú, kimchi, soja, jengibre y solomillo, ingredientes que se mezclan en la mesa como parte del ritual.
Su otro hit son los dim sum o ‘pequeños bocados’, hechos en su cocina de principio a fin, masa incluida, de ahí su exquisitez. Los de nori y boquerón en vinagre sacan de nuevo a relucir la influencia de lo castizo. Otro alarde de la fusión asiática son sus berenjenas ‘satay style’, hechas al estilo vietnamita y con esa salsa cremosa que tiene cierto gusto a cacahuete.
Para beber se espera sake. Lo tiene perfumado, seco, suave, fuerte y en forma de cócteles, y todos los maridan con los lame. Pero el encargado de los espirituosos y socio de Julio, Pinhao Wang, es especialista en vinos de Jerez. Cuentan con 18 tipos de vino en su bodega, algunos sólo se venden en su local y apenas en dos más de la capital. Y pretenden ampliar su oferta para hacer de Lamian una experiencia redonda en boca.
* Fotos Paco Montanet