Siempre hay un buen motivo para celebrar y toda celebración tiene que venir acompañada, por supuesto, de una buena comilona en la mejor compañía posible. Puede que se trate de un plan con la familia para celebrar un cumpleaños o una súper cena con amigos para brindar por las buenas noticias. Sea cual sea la motivación del encuentro, hay algo que no puede fallar: el lugar elegido. Por eso, a continuación te contamos cuáles son las mejores alternativas cuando se trata de organizar una cena en grupo. Hay opciones para diferentes gustos: desde cocina japonesa hasta la más auténtica oferta de producto de mercado. Locales con espacios que dejan la boca abierta e invitan a alargar el banquete con cócteles y música. Umo, Sinsombrero, Roostiq, Raimunda y Fismuler son nuestras alternativas.
‘SINSOMBRERO’, COCINA DE MERCADO EN UN ESPACIO IMPACTANTE
Madrid no para de sumar locales de estética cautivadora y, cada vez más, ambiciosas dimensiones pero ¿cuántos de ellos cuentan con una oferta gastronómica realmente apreciable? Si tuviéramos que mencionar uno de ellos, sin duda sería Sinsombrero. Un espectacular espacio con más de 600 m2 de sala (1000 si tenemos en cuenta las zonas habilitadas para cocina, almacén y servicio) repartido en diferentes áreas, algunas de las cuales pueden cerrarse para celebraciones y eventos privados. Más de 300 comensales tienen cabida en este restaurante que deslumbra por su magnitud y cuidado interiorismo inspirado en los años 20, pero por donde realmente nos conquista es por el estómago.
No podía ser de otra forma cuando la propuesta culinaria se ha confiado a Javier Goya (Triciclo, Tándem, Market), quien ha diseñado una carta tan interesante como variada centrada en lo que mejor domina, la cocina de mercado. Ya en los fogones, asumiendo la tarea de dar forma a sus recetas, encontramos a otro profesional de impecable trayectoria y profesionalidad, Pedro Gallego (Piñera, Los Chicos, las chicas y los maniquíes). En definitiva, dos nombres que ya de por sí garantizan una experiencia gastronómica de cierto nivel.
Y vaya sí lo es. Solo los entrantes (Croquetas cremosas de jamón ibérico, patatas bravas bien picosas con alioli) dan buena pista del espíritu de esta casa que, tirando de los mejores proveedores, ofrece un buen catálogo de elaboraciones entrañables de sabores muy mediterráneos, sabrosos y elegantes. Entre los imprescindibles, la lasaña abierta de ajoarriero de marisco y bacalao cremoso, la albóndiga de buey con sepia fresca y puré de patata, , el (falso) marmitako de pez limón a la brasa o algunos de los cortes de vaca rubia gallega (chuletón, lomo, solomillo o tomahawk) que preparan a la brasa de carbón. Su oferta, que se renueva periódicamente según los dictados de la temporada, también incluye sugerencias del día, entre ellas, algunos de los platos que triunfan en Triciclo y que durante algunas semanas podrán disfrutarse también en este majestuoso comedor.
Si a ello le añadimos una completísima oferta de vinos nacionales, con etiquetas de interés y precios para todo tipo de presupuestos, y una apetecible selección de cócteles (clásicos y de autor), lo tenemos todo para alargar la noche. Además, de jueves a domingo, se prolongan algo más con animadas sesiones de DJs. Como veis, lo tiene todo, Sinsombrero, y todo bueno. Lo suyo es too much.
Precio: A la carta, media 40€; cócteles, 10-12€
Dirección: Paseo de la Castellana, 4 <M> Colón
Teléfono: 915 77 52 39
Horario: Todos los días, de 13 a 00:30h; viernes y sábados, hasta las 02:30h
‘ROOSTIQ’, BRASA Y LEÑA PARA TODOS LOS GUSTOS
Roostiq nos recibe con un ambiente cálido y elegante, que sin perder la esencia de las raíces de su oferta gastronómica ‘rústica’, se presenta como un amplio espacio sofisticado y acogedor. Y es precisamente así como saben todos sus platos: a esencia ‘de toda la vida’ con una pequeña vuelta de tuerca, al plato perfectamente cocinado de la forma más tradicional. La propuesta se compone en su mayor parte de ingredientes traídos directamente desde su finca en Ávila, donde cultivan vegetales y donde crían sus propios marranos y pollos en libertad. Antes siquiera de empezar a degustar los entrantes, de hecho, podremos disfrutar de una pequeña selección de embutidos de sus cerdos y de unas rebanadas de pan de hogaza recién sacado del horno, acompañado de un pequeño cuenco de aceite de oliva de Jaén con unas hojitas romero. Puro sabor a tierra, en el más amplio significado de la palabra.
Para empezar el banquete, es obligado pedir uno de sus platos imprescindibles: los Torreznos Roostiq. Aquí el tocino ahumado se cocina al horno y se presenta en una elegante tabla de madera con un corte muy fino a modo de carpaccio, con una textura nada grasa que se deshace en la boca y que invita a no parar de comer. La corteza crujiente y el punto de cocción perfecto hacen de este plato uno de los favoritos de los clientes -pocas son las mesas que no lo solicitan-.
El festín continúa con oferta cárnica -con el buey de Ávila, la carne de vaca de Guikar y sus pollos como especialidades- o con oferta vegetal, a base de verduras de la finca. Destacan aquí las Alcachofas en flor confitadas y cocinadas a 485 grados como uno de los platos de referencia de Roostiq. Si lo que prefieres es continuar compartiendo, no hay mejor opción que sus pizzas cocinadas al horno de piedra de la forma más auténtica. Las opciones son muchas, pero nosotros nos quedamos con la Margarita; que no te engañe su aparente simpleza, porque en ella podrás degustar perfectamente el sabor de la fina masa, con tomate, Fior di Latte, albahaca y queso parmesano rayado en mesa.
En la parte líquida encontramos una amplia carta de vinos compuesta por unas 60 referencias, con las Denominaciones de Origen de Ribera del Duero y Rioja como las más demandadas. Por si esto fuera poco, para terminar la noche Roostiq propone una carta de coctelería de autor propia, en la que sobresale el Fresh Roostiq elaborado con vodka, licor de naranja, zumo de lima natural, fruta de la pasión, mango, zumo de piña y sirope de chocolate. Un local enérgico, enraizado en la tierra y en los sabores potentes de siempre, que con un comedor amplio y acogedor nos invitará a una velada gourmet a un precio de escándalo.
Precio medio: 25-30€; cócteles desde 9,50€
Dirección: Augusto Figueroa, 47 <M> Chueca
Teléfono: 918 53 24 34
Horarios: Lunes a jueves de 13 a 1:00h; viernes y sábados de 13 a 2:30h; domingos de 13 a 19:30h. La cocina cierra a medianoche.
‘RAIMUNDA’, COCINA DE SIEMPRE Y TOQUES LATINOS
En una ubicación como ésta, pocas cosas podían salir mal. Raimunda se encuentra alojado en el Palacio de Linares, actual sede de Casa de América y, claro, este oasis al inicio del Paseo de Recoletos invita a quedarse. Lo hace también cuando accedemos a su interior, con unos espacios amplios, cuatro estancias diferenciadas -una de ellas es un club de fumadores- y todas ellas con mesas grandes que pueden adaptarse a las cenas de grupo. Además, cuenta con una terraza jardín que, si tenemos en cuenta que se trata del patio de este edificio histórico, poco más podemos añadir. Con la vegetación como eje de todo el interiorismo, los guiños a Latinoamérica que presiden el espacio están también presentes en su carta.
Al igual que ocurre en los otros restaurantes del grupo hostelero La Fábrica, parte de la carta tiene raíces de la cocina tradicional española y, en el caso de Raimunda, sus recetas dialogan con la culinaria iberoamericana y algunos toques de la asiática. Para empezar, hay que pedir sí o sí sus Patatas hojaldradas con salsa brava de chipotle, una forma muy original de comer las clásicas bravas madrileñas, que aquí se vuelven muy crujientes y añaden el inconfundible sabor del chipotle, esencia de la cocina Latina. También puede funcionar como entrante -en este caso más ligero y fresquito- su Arenque marinado con carpaccio de aguacate, una opción que hará las delicias de los que gusten del sabor intenso del pescado azul. Siguiendo con los platos fríos pero hablando ya de una receta más contundente, encontramos su Tataki de salmón con ajo blanco y tobiko, una propuesta que, aunque coincide en el corte con muchos restaurantes de la zona, difiere en el pescado empleado.
Si hablamos de platos principales, hay uno que se lleva la palma y que resulta más que aconsejable. Se trata de su Lasaña crujiente con rabo de toro con boletus y trufa, un abundante pedazo de lasaña del que no podrás dejarte nada en el plato. ¿Por qué? Su textura no tiene nada que ver con otras, ya que aquí las capas están crujientes y acompañan a la perfección la melosidad del rabo de toro. Además, no peca de exceso de bechamel ni queso, por lo que los sabores del resto de ingredientes se aprecian mejor. El capítulo dulce tiene también ese toque latino en platos como la Crepa de cajeta con chips de plátano o su fresquito Sorbete de maracuyá y cava.
Precio medio: 25-30€
Dirección: Paseo de Recoletos, 2
Teléfono: 910887247
Horarios: De domingo a jueves, de 13 a 12/01h. Fines de semana hasta las 02h.
‘FISMULER’, UNA SÚPER TARTA DE QUESO Y MUCHO MÁS
Con sede en Madrid y Barcelona, Fismuler es uno de esos grandes clásicos para las cenas con amigos por varias razones. Una de ellas es que tiene numerosas mesas para cenas de grupo, de todos los tamaños, desde cuatro comensales hasta una mesa comunal con capacidad para 18- 20 personas. Además de este espacio, tiene amplias salas de decoración sencilla, presididas por mesas de madera y elementos de la cocina vista. Así es la estética de este restaurante capitaneado por los chefs Nino Redruello y Patxi Zumárraga, también presentes en La Gabinoteca, Las Tortillas de Gabino y La Ancha.
La idea de su cocina se sustenta en recetas inspiradas en la culinaria del norte de Europa, con el producto como principal seña de identidad. De hecho, todos los ingredientes empleados en sus recetas son naturales, ecológicos y de kilómetro cero. Por ello, su carta es, ante todo, sencilla y rica. Archiconocida es su Tarta de queso, única en su especie gracias a su mezcla de queso crema, idiazábal y azul; nada convencional pero el broche de oro que merece toda buena cena. Eso sí, te advertimos que con este pedazo de postre, a uno se le quitan todas las ganas de compartir el dulce final. Pero, vayamos por partes. Antes de llegar a este punto, centrémonos en la parte salada: su carta va variando casi a diario debido a los productos de temporada.
Aquí hay dos frentes destacados: el de pescado y el de carne. Del primer grupo son imprescindibles su Dorada semicurada, uva y almendra o su Mero a la brasa, sofrito y borraja. Para los carnívoros, nada como su Morteruelo de perdiz roja hojaldrada, lombarda y mousse de setas y su Solomillo de ternera blanca gallega, pastel de patata, grelos queso de tetilla y anguila. Y para que el ritmo no pare, en Fismuler también preparan copas con licores que ellos mismo maceran y que podemos bebernos acompañados de una buena conversación y la música en directo que sonará en el restaurante todos los días por la noche. Es más, rara es la vez en que los comensales no terminen la velada bailando alguno de los clásicos que aquí se versionan; incluso en lo alto de la mesa comunal.
Precio medio 25- 30€
Dirección: Sagasta, 29 <M> Alonso Martínez
Teléfono: 918 27 75 81
Horarios: De lunes a sábado, de 13:30 a 16 y de 20:30 a 00h.
‘UMO’, ESPECIALISTAS EN ROBATA JAPONESA
Un restaurante japonés con un punto divertido. Así es UMO, uno de los imprescindibles de los alrededores de la Castellana que, gracias a su espectacular salón, sus dos plantas y sus reservados se convierte en una de las mejores alternativas para una celebración en grupo. Dentro de su imponente espacio principal, con una barra de grandes dimensiones presidiendo el espacio, encontramos también una barra de sushi para cenas más íntimas y unas cuantas mesas grandes ideales para saborear una fecha especial.
Dentro de las opciones más destacadas que ofrece UMO, mención aparte merecen sus platos fuera de carta en los que la técnica japonesa se funde con el producto de temporada para reinventar algunas de las recetas que habitualmente se encuentran en carta. Dentro de las propuestas fijas, algunos entrantes infalibles y perfectos para compartir son, por ejemplo, su Tamago, una especie de tortilla cuadrada que solamente se hace por una de sus partes y a la que se añaden ingredientes de temporada. Dentro de ese picoteo inicial merece mucho la pena pedir también sus Gyozas de pintada de Bresse en pepitoria y foie gras. Y el último obligatorio de este apetitoso inicio es su Tartar de atún picante y algas gallegas. ¡Sencillamente espectacular! Siguiendo con los platos de pescado crudo, no olvides pedir alguna de sus piezas de sushi como, por ejemplo su Nigiri de sardina parrocha y humo, una pieza en la que el producto es el que manda.
Después de estos platos que resultan ideales para picar y hacernos una idea del buen hacer de Hugo Muñoz y Mariano Barrero tras los fogones, es el momento de que cada uno elija el plato de robata que más le apetezca, ya que esta es la piedra angular de la cocina de UMO. La robata es la parrilla japonesa en la que se pueden preparar carnes y pescados. Obligatorios resultan el Bacalao negro macerado en miso y shake a la parrilla y, para los amantes de la carne: la Costilla de vaca rubia gallega glaseada y muy melosa con puré de patata y pack Choi glaseado.
Para cerrar la celebración, llega el brindis y es Carlos Moreno (barman del grupo Larrumba) quien aporta su creatividad y experiencia a la barra de UMO. Desde los clásicos a algunas propuestas de autor que se sirven hasta las 02:30h para que podamos disfrutar de una celebración por todo lo alto y acabar con el mejor sabor de boca posible.
Precio medio: 55€
Dirección: Paseo de la Castellana, 43, <M> Rubén Darío/ Gregorio Marañón
Teléfono: 910 88 88 40
Horario: de 13:30 a 02:30h. Cocina, de 13:30 a 16h y de 20 a 00h