*este restaurante ha cambiado su ubicación al barrio de Chamartín
Resulta curioso lo poco que podemos llegar a saber de algunas regiones que comparten más que proximidad con nosotros. El caso de la gastronomía portuguesa es aún más llamativo por la escasez de restaurantes con los que contamos en la capital. Para llenar este vacío ha llegado Atlantik Corner, un luminoso local de aire sencillo y limpio en el barrio de Las Letras.
Decorado con algunas plantas aromáticas colgadas del techo y un colorido graffiti, que viene a simbolizar los tonos de Portugal, el espacio se divide en dos salas: el hall de la entrada, que alberga la barra y un par de mesas bajas, y una sala contigua, de mayor espacio, para quien vaya a comer el menú o la carta. Además, tienen un reservado para 12 personas, que suele estar muy solicitado.
La propuesta del local se centra en la cocina atlántica, destacando los platos de raíz portuguesa, aunque matizados con ligeros toques de otras cocinas, como la gallega, la marroquí o la brasileña, entre otras. Todo ello sin perder su esencia, moviéndose con soltura entre recetarios tradicionales modernizados y alguna licencia creativa. Si se empieza por la barra, existe la opción de tomar medias raciones en varios de los platos a un precio más que módico. Así se pueden probar los originales pescaditos de la huerta (típicos de las tascas lusitanas), el queso majorero a la plancha (habitual de la isla de Fuerteventura), el chipirón acompañado de papada ibérica y tortilla de maíz (un guiño a la gastronomía mexicana) o el clásico bacalhau à Brás (plato de origen lisboeta que homenajea a su autor Blas, un antiguo tabernero del barrio alto).
COCINA MESTIZA DE PRODUCTO
En la carta se aprecia un especial interés por la cocina de producto con un leve toque de sofisticación. Son recomendables la lubina marinada con olivada verde, que recuerda algo al ceviche peruano, y el carabinero asado al carbón con cuscús y curry rojo, levemente picante, que evoca el gusto de esta cocina por las especias y los condimentos de otras culturas. El apartado dedicado a las carnes no se queda atrás: cordero lechal acompañado de quinoa, carrillada glaseada en su jugo con crema de patata o secreto ibérico con piña caramelizada. Todo ello aderezado con un arroz meloso con ragú de setas y uno de sus mejores quesos, el de la Serra da Estrela, suave y untuoso.
Otro de los puntos a favor de Atlantik Corner son sus tentadores postres, actualizados a los tiempos de hoy (moderados y muy equilibrados). La mousse de chocolate se acompaña de fresas cristalizadas, moscatel y naranja; el tiramisú termina siendo una opción más que apetecible al tener un sutil aroma a vino de Oporto; y la ensalada de frutas, con sopa de albahaca y helado de mango -inspirada en un postre del vecino Triciclo-, se ha convertido en menos de dos meses en una de las estrellas de la casa. El menú propone una amplia selección de los platos incluidos en la carta, en raciones más modestas, a un precio nada desdeñable.
Por último, habría que destacar su cuidada carta de vinos, con una gran variedad de opciones nacionales y portuguesas (los blancos afrutados del Alentejo y los tintos de Douro no fallan) e innumerables oportos y madeiras, que sirven tanto para abrir como para cerrar una comida. En definitiva, un lugar al que volver y probar una carta en constante movimiento
* Fotos Álvaro de la Fuente