Del otro lado del Atlántico llegan las hamburgesas de Anauco, previo paso por Barcelona, ciudad en la que los hermanos venezolanos Daniel y Javier Cruz abrieron su primer restaurante hace un par de años. En Madrid han elegido la zona de Gran Vía para dar a conocer sus hamburguesas de estética made in USA, pero con auténtico sabor Caribe.
Para apreciar aún más su esencia, hay que explicar que las burger de Anauco son resultado de tres influencias: latina, por emplear ingredientes como plátano macho, guacamole, queso costeño, sour cream (crema agria de queso), salsa spicy mayo o hash brown (pastel de patatas); española, en cuanto a las técnicas de preparación aprendidas desde su llegada a España en 2007; y ‘gringa’, sobre todo por el aspecto. Pero si presumen de algo es de ser cien por cien artesanales. En esta cocina casi todo es casero, desde las salsas hasta el picado, sazonado y moldeado de la carne con el que le dan la forma característica. Incluso el pan es artesanal, un brioche elaborado según una receta propia.
En los entrantes es donde más se percibe el sabor a Venezuela, su país de origen. Tequeños -tan populares como las croquetas en España-, hechos con queso costeño recubierto de masa quebrada y fritos; tostones (plátano macho) y yuca frita con salsa guasacaca -parecida al mojo verde, pero con base de aguacate. Aunque también hay nachos y fingers de pollo, de esencia más norteamericana. Y como sus raciones son bastante generosas, han tratado de ajustarse a las costumbres de aquí, dando opción en carta de pedirlas enteras o medias, lo que las hace perfectas para compartir, igual que ocurre con sus ensaladas.
La carta tiene 14 burgers, donde predominan las de ternera, hechas con 180 gramos de carne de primera calidad cocinadas a la parrilla de carbón vegetal; también hay de pollo, en las que utilizan solo el contramuslo deshuesado y empanado en panko japonés; así como de pescado y marisco, y una vegetariana. Todas están acompañadas de patatas fritas con su piel (previamente lavadas) cocinadas en dos pasos, lo que les confiere una textura blanda y jugosa por dentro, y muy crujiente por fuera.
La ‘consentida’ de la casa es la burger Anauco, a base de carne de ternera, mermelada de pimiento rojo asado, queso de cabra, cebolla crujiente, rúcula y salsa brava; o la Pepo’s, también de ternera y con champiñones salteados, bacon, queso azul, tomate, alfalfa y sour cream. Entre las de pollo hay que mencionar la Chicken Extreme, una combinación muy explosiva de sabores a base de pollo a la parrilla con queso gouda, guacamole, chips de boniato, lechuga romana y salsa spicy mayo. Y dentro de las de marisco, la exótica Caribeña, con gambón empanado en panko y acompañada de guacamole, cebolla crujiente, rúcula y salsa marinera. Si después de este festín de sabores todavía queda sitio para el postre, hay que probar el pastel Tres leches, un dulce típico de bizcocho con canela, vainilla y ron. El ron es, de hecho, el protagonista de la carta de cócteles, donde sobresalen mojitos, piña colada, margarita, black moon, gin tonics y los cuba libres Anauco, hechos con rones venezolanos especiales.
Un trato extremadamente amable y un salón interior con vistas a un patio repleto de plantas son dos bazas más de este restaurante especializado en algo tan común como una hamburguesa, a la que aquí han sabido dar un toque muy particular al que es difícil resistirse. Cuestión bien distinta es atreverse a decir ‘sí’ a su reto de la hamburguesa, que consiste en comer una burger de 750 gramos de carne, 120 de bacon, 100 de queso, tres huevos y un acompañamiento de 400 gramos de patatas fritas ¡en menos de 30 minutos!; desafío solo para atrevidos. Y como quien pierde paga -se cuentan con los dedos de una mano los que hasta la fecha han superado el reto-, lo mejor es ir con amigos para compartir lo que sobra.
* Fotos Alfonso Ondarroa