Si eres un habitual de las redes sociales, seguro que tú también te has fijado: la comida y los hábitos de vida saludable se han convertido en los reyes indiscutibles de las fotografías que se suben diariamente a Instagram. Y es que la combinación de deporte con alimentos bajos en calorías y poca grasa son la pareja de moda, sin duda.
Por encima de todos, y muy bien combinado con otras tendencias que invitan a tomar semillas de chía todo el rato o aquellas que han convertido el porridge casero en el desayuno de moda, hay un alimento que atrae la atención de todas las miradas: el yogur, un clásico por el que parece que no pasan los años. Y después de mucho pensar, creemos que el secreto de su éxito es bien sencillo: porque cuando algo es bueno y saludable, tiende a gustar a todos. Tan fácil como eso.
Cuando decimos bueno no es solo por su sabor agradable o por ser tan extremadamente fotogénico a la hora del desayuno -que también- sino por su composición nutricional, pues contribuye a la ingesta de minerales (como calcio, por citar alguno), además de vitaminas y proteínas que ayudan a que la dieta sea equilibrada. Algunos dirán que “también tiene azúcar”. Pues sí, efectivamente, la tiene y se llama lactosa. Lo que quizá no saben es que la contiene en pequeña cantidad y se trata de un azúcar natural, no añadido.
Vaya que, lejos de ser el enemigo, la lactosa es un nutriente. Solo que, muy a su pesar, últimamente se ha convertido en el centro de todas las dianas y en uno de los temas de conversación más recurrentes. Una fama muy inmerecida, dicho sea de paso, porque siendo un azúcar natural, contribuye a aportar energía de la buena. Además, como los yogures son productos lácteos fermentados, igual que el queso, contienen poca lactosa: durante el proceso de fermentanción, los fermentos rompen la lactosa y, dicho de un modo sencillo, ‘se la comen’. Además, como los fermentos del yogur llegan vivos al intestino, el proceso de romper y comerse la lactosa no se detiene. Es por ese motivo que los yogures son perfectamente aptos para aquellas personas que no digieren bien la lactosa.
Dicho de otro modo: somos de los que piensan que eliminar la lactosa porque sí, es un error. Eso sí, en caso de problemas de digestión, lo ideal es tomarla en pequeñas cantidades (un yogur tan solo contiene cuatro gramos de los 12 recomendados tomar diariamente) y bien dosificada a lo largo del día -desayuno, almuerzo, merienda o cena-. Si además se combina con otros alimentos, tan coloridos por fuera como saludables por dentro, como semillas, cereales o frutas, ya tenemos la respuesta a nuestra pregunta: por qué el yogur de toda la vida está arrasando en las redes sociales. Y de paso, un bodegón perfecto para subir una foto a nuestra cuenta de Instagram.