Seguro que en más de una ocasión los aficionados al arte se han imaginado al contemplar una obra de arte cuál ha sido su proceso de creación. Quizá, estar frente a ella os ha suscitado preguntas que os hubiera gustado hacer al autor, o simplemente intercambiar impresiones con él sobre su significado. Precisamente, el encuentro y el diálogo entre público y artistas es el leit motiv de Los Artistas del Barrio, la iniciativa que cada año anima a cientos de creadores residentes en Madrid a abrir las puertas de sus talleres al público.
Es el Open Studios más veterano de la capital y cada año invade algunos de los barrios madrileños más céntricos y bohemios para permitir a los visitantes adentrarse en el proceso creativo de los autores y trascender la tradicional contemplación. Durante estos días, las personas que lo deseen, pueden visitar las casas y talleres donde elaboran sus obras y conocer de primera mano sus fuentes de inspiración, intención o técnica. De esta forma, sus promotores buscan apoyar y promocionar a los creadores contemporáneos de la ciudad, independientemente del tipo de disciplina artística en la que se hayan especializado: pintura, arquitectura, artesanía, danza, fotografía, ilustración, joyería, música, poesía o teatro, entre otros artes. Incluso la creación de muebles y decoración tiene cabida en este iniciativa.
Tras la buena acogida de ediciones anteriores realizadas en Lavapiés, este año, Los Artistas del Barrio se instalaron el pasado mes de octubre en Malasaña y Chueca, donde repitieron su éxito. Aproximadamente 16.000 visitantes en unas 180 horas. Muchos de ellos, vecinos de la zona. Pero también se sumaron a ella cientos de turistas, para los que la ruta se convirtió en una manera original de conocer Madrid. Y es que, aunque a la cita acude regularmente un público especializado y coleccionistas en busca de una nueva adquisición, Los Artistas del Barrio tiene un gran calado entre el público familiar, que es el que quiere conocer de cerca a los artistas y su barrio pues, como todos sabemos, no hace falta ser un experto para saber apreciar el arte.
Además, estas jornadas de puertas abiertas no solo benefician al público que puede contemplar el arte de una manera mucho más personalizada, alejada del circuito tradicional de museos y galerías. De esta manera, muchos artistas que no tienen otra forma de acceder a un público tan amplio, pueden darse a conocer y mostrar sus creaciones. Ellos mismos agradecen que eventos como este permitan dar a conocer sus obras y tener un feedback. De este modo, también se crean redes y colaboraciones, surgen nuevos proyectos y futuras exposiciones conjuntas.
El hotel Ibis Madrid Centro fue testigo de excepción de esta iniciativa, pues por su ubicación junto a la glorieta de Bilbao, se situaba como un punto estratégico en esta jornada. Además de su excelente localización, cerca de la Gran Vía, la Puerta del Sol, el Palacio Real y los museos más visitados (El Prado, Thyssen y Reina Sofía), el hotel cuenta con numeroso público fiel entre los aficionados al arte gracias a las sucesivas exposiciones de fotografía, pintura y artes plásticas que acoge a lo largo de todo el año. Luego ya, al caer la tarde en la hora del afterwork, suele convertirse en el escenario perfecto para encuentros con los amigos tras hacer ruta por la ciudad, bien para tomar una copa, bien para asistir a conciertos de música en vivo. En definitiva, es un hotel que se contagia de toda la corriente creativa que invade el centro de la ciudad, lo que le convierte en receptor del público con más inquietudes y que busca un tipo de turismo fuera de lo convencional.