Los viajes en avión se han convertido en una parte indisociable de nuestra vida moderna. En España pasaron más de 95 millones de pasajeros llegaron a España por nuestra red de aeropuertos. A pesar de la evolución de la red y la sofisticación del sector, los pasajeros a menudo enfrentan problemas como retrasos, cancelaciones y la frustración de no recibir un reembolso adecuado cuando surgen estos inconvenientes.
Unos incidentes que pueden generar pérdidas económicas considerables, especialmente cuando se trata de viajes de negocios o conexiones perdidas. Por ello y a pesar de los esfuerzos que las aerolíneas hacen por reducir estas incidencias (y que vamos a ver), es importante recordar que los afectados tienen derecho a reclamar indemnizaciones a pesar de que el proceso puede ser demasiado complicado.
Afortunadamente, el sector está explorando e innovando para mejorar la experiencia de viaje en avión, incluso cuando se producen incidencias asociadas a retrasos. Por ejemplo, la inteligencia artificial es habitual ya en la planificación de vuelos. Pero, ¿cuáles son realmente los desafíos de la industria aeronáutica?
Desafíos actuales de la industria aérea ante sus clientes
Los retrasos y cancelaciones en los vuelos tienen múltiples causas. Las condiciones meteorológicas adversas son responsables de aproximadamente el 30% de los retrasos, según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). A ellas hay que sumar episodios como las huelgas del personal, algo bastante común en periodos festivos, o los problemas técnicos que pueden sufrir los propios aviones.
A todas estas variables, hay que sumar otro reto de índole planetario: reducir su impacto ambiental. Con una previsión al alza en el número de vuelos que se van a realizar durante los próximos años y con las estimaciones que apuntan hacia que las emisiones de CO2 de la industria del avión podrían triplicarse en 2050, la investigación en combustibles sostenibles es urgente.
Ante estos desafíos sólo cabe investigar y encontrar soluciones. Y esto es lo que están haciendo en el sector. Con Inteligencia Artificial, por ejemplo, las compañías analizan ingentes cantidades de datos para predecir patrones climáticos, optimizar rutas y reducir el consumo de combustible.
Desde el punto de vista de la experiencia del usuario en las instalaciones aeroportuarias y en los propios aviones, cada vez se están incorporando nuevas posibilidades para facturar y embarcar de una forma automatizada, reduciendo las colas y agilizando los procesos.
Desde el punto de vista técnico de los aviones y los retrasos que se deben a fallos mecánicos o de mantenimiento, las aerolíneas están incorporando a sus herramientas digitales de revisión la Inteligencia Artificial para analizar al detalle el estado de las naves y, de este modo, adelantarse a posibles incidencias, apostando por un mantenimiento preventivo.
Para terminar con los desafíos, el de los combustibles es tal vez uno de los más delicados y complicados. A pesar de ello, los combustibles de aviación sostenibles están ganando terreno y ya hemos podido ver ejemplos de aerolíneas que utilizan mezclas de biocombustibles en vuelos comerciales.
En noviembre de 2023, por ejemplo, un Boeing 787 de la compañía Virgin Atlantic salió del aeropuerto Heathrow de Londres con destino al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy en la ciudad de Nueva York, convirtiéndose en el primer vuelo trasatlántico de un avión de pasajeros con combustible ecológico al 100%.
El hidrógeno verde también se perfila como una alternativa prometedora como fuente energética para los aviones. Airbus está desarrollando aviones propulsados por hidrógeno que podrían entrar en servicio en 2030. En la actualidad, según han explicado responsables de la propia empresa, la flota de Airbus ya puede volar con un 50% de SAF.
Todas estas soluciones son algunas de las iniciativas que el sector del avión está impulsando para transformarse por uno más sostenible que, al mismo tiempo, ofrezca una mejor experiencia entre sus pasajeros.
Para ello, la inteligencia artificial es una herramienta clave. Ayudará a mejorar la puntualidad de los vuelos. Desde el punto de vista medioambiental, esta mejor organización reducirá las emisiones, a lo que se sumará la popularización de los combustibles sostenibles.
Como pasajeros y sabiendo la tecnología existente, podemos contribuir a este cambio eligiendo aerolíneas que apuesten por la innovación, la sostenibilidad y una atención humana y empática. Y, cuando tengamos un problema, ser conscientes de que reclamar siempre es posible y que, en un buen porcentaje de los casos, la ley estará de nuestra parte como consumidores afectados.
El futuro de los viajes aéreos se perfila más eficiente, cómodo y sostenible. Un futuro al que la Unión Europea le ha puesto cifra: el 70% del combustible de los aviones debe ser sostenible en 2050.