¿Por qué pagar todo el año o durante mucho tiempo por algo que solo utilizas apenas unos días al mes o unas semanas al año? La nueva revolución en el mundo del automóvil va más allá del renting y es la mejor alternativa para todos aquellos que no quieren atarse a contratos o permanencias; o bien no pueden adherirse a las ventajas fiscales que un coche de renting supone para las empresas.
Un paso que evoluciona tanto el concepto del leasing como del renting, y que con el coche por suscripción ofrece las ventajas de tener un coche, pero sin la mayor parte de sus complicaciones —y sin las penalizaciones que los servicios de renting suponen—.
Pagar por usar es la nueva moda, a la que cada vez se suman más empresas y que incluso ganan terreno dentro de las propias marcas de automóviles. En ciudades como Madrid o Barcelona, donde el uso del coche dentro del centro es cada vez más restrictivo y donde, además, el transporte público goza de buena salud, la ocasión de los coches por suscripción gana enteros para aquellos que amen las escapadas o necesiten de manera puntual un vehículo. Lo cual no significa que quieran anclarse a los contratos que tradicionalmente los vinculan, ya sean de compra o de renting.
Tan sencillo como utilizar Netflix o HBO, así podríamos resumir el coche por suscripción, pues los usuarios solo tendrán que pagar por la utilización del coche, dándose de baja como si se tratase de un servicio de streaming más, en función de cada compañía.
Junto a ello, las casi nulas preocupaciones que rodean al mundo del renting. Adiós a mantenimiento, reparaciones, ITV, seguros… El usuario solo tiene que hacerse cargo —generalmente— de pagar el combustible y de las multas (que esperemos que no aparezcan) y de las cuotas que haya establecido con la marca. Adiós a las onerosas entradas, a los gastos adicionales (como los intereses creados durante los préstamos de los concesionarios) y a las abultadas cuotas finales, que acaban convirtiendo el pagar un coche en una hipoteca con cuatro ruedas.
A través de registros online, las alternativas del coche por suscripción y este pago por uso solo exige seleccionar el tiempo de uso y el kilometraje. Aunque los conceptos se parezcan al renting, la realidad es que difiere en dos caminos importantísimos que, para el usuario de a pie, lo convierten en una bicoca.
Por un lado, el coche por suscripción permite una mayor flexibilidad de tiempos de uso, mientras que los contratos del renting exigen largas permanencias. Por el otro, que el renting debe ir aparejado a una actividad empresarial, mientras que el coche por suscripción está abierto para cualquier tipo de usuario —incluso empresarios que no quieran pasar por el aro del renting—.
De hecho, en el coche por suscripción llega a haber contratos de tan solo un mes de uso, lo cual puede ser perfecto para alguien que necesite coche de manera puntual para, por ejemplo, irse de vacaciones o por cuestiones laborales muy esporádicas. Por este motivo, la mayoría de empresas de coche por suscripción también tienen condiciones muy favorables, tanto en kilometraje como en el rango de edad del conductor.
Una revolución que acaba de arrancar y que ya no te exige romperte la cabeza con contratos, con elegir el coche o con pelearte con el seguro que más te conviene. Todo viene en el mismo pack del coche por suscripción para que solo tengas que preocuparte de conducir cuando más te apetezca.