Pocas frases hacen tanta justicia a la capital como ese ‘De Madrid, al cielo’, razón por la que la Navidad es un momento perfecto para rescatar esos vuelos a Madrid y aprovechar las vacaciones y fiestas para dejarse conquistar con unas vacaciones en Madrid y disfrutarla con los cinco sentidos.
Historia, cultura, música, aire libre y una oferta hostelera, hotelera y coctelera de gran capital son los imanes por los que volar a Madrid en cualquier momento del año, pero aún más en Navidad y vibra con el diciembre madrileño con unas vacaciones baratas en Madrid que no hace falta que, como cantaba Mecano, sean de año en año con aquella famosa cuenta atrás.
Para familias, para parejas o para grupos de amigos, Madrid es un refugio accesible desde cualquier punto de España, con una oferta de vuelos baratos a Madrid que te ponen en pleno centro en poco más de una hora. A partir de ahí, las calles son tuyas.
Gran Vía y su derroche de luz y color, protegido por la resplandeciente renovación de Plaza España; el paraíso verde de El Retiro, teñido de ocre durante el invierno, invita a paseos, castañas y mañanas al sol, o acercarse a la Casa de Campo o a Madrid Río para entregarse al deporte o a un planazo para salir de Madrid sin salir de Madrid.
Madrid lo tiene todo y lo tiene para todos los públicos, gustos y bolsillos. El Triángulo del Arte con los vértices del Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornesmiza son los polos atractores para amantes de la cultura, pero no son los únicos imanes: el Museo Sorolla, el Lázaro Galdiano o el Museo del Romanticismo también atrapan con fuerza entre cuadros e historia para demostrar que se puede disfrutar de unas vacaciones en Madrid (tan largas como quieras) sin dejarse la cartera.
El barrio de las Letras; el Madrid de los Austrias o ese irresistible frenesí que La Latina y Lavapiés suponen, hervidero de planes y personas, forman parte de estas atracciones cotidianas que Madrid proponen y que harán que tus mañanas, tardes —y noches, claro— se llenen de recuerdos de un Madrid diferente.
De ahí, a la mesa y a la barra, sin olvidar los dinner show donde ambas coexisten, y que demuestran que el corazón de Madrid es una taquicardia saludable donde las pulsaciones se disparan con planes por minuto. Estrellas Michelin y picoteos de barra; coctelerías presentes en los más reputados rankings, wine bars y bares de barrio; cocina internacional y clasicismo… En Madrid cabe de todo y para todos, solo hay que dejarse encantar y poner al cielo por testigo.