En la propia calle Atocha encontramos un imponente edificio que guarda en su interior un oasis en mitad de la ciudad. Es cierto que ‘oasis en la ciudad’ es ya la expresión frecuente para referirse a cualquier nueva terraza que descubrimos en Madrid pero ésta, ésta se merece y mucho estas palabras. Dentro del Hotel CoolRooms Atocha está este espacio en el que además de desayunar o tomar el aperitivo, se puede disfrutar de la barra de pintxos de El 34 y, cómo no, relajarse con una copa mientras dejamos que la velada se dilate en este patio de un antiguo palacio del siglo XIX, el lugar en el que se asienta la sucursal de la cadena hotelera en Madrid.
La imponente fachada del hotel de Atocha ya nos habla del lujo de otro tiempo. Y es que este palacio de 1.852 perteneció a Nemesio Sancha, alto funcionario del Ministerio de Ultramar y caballero de la Orden de Carlos III. Aquí, donde se asentaba su vivienda habitual -«algo modestito, vaya»-, hay ahora 35 habitaciones y otras imponentes estancias reservadas para reuniones y eventos. Pero, sin duda, una de las joyas del palacete es su imponente entrada que conecta, gracias a lo que un día fue un paso de carruajes, con un jardín secreto con alberca en el que nos quedaríamos a vivir, literalmente.
En este jardín, cuya principal característica es la tranquilidad, encontramos unas cuantas mesitas con sillas dispuestas para comer y también otra zona con amplios sofás y sillones en los que relajarse es casi un deber. A ese momento de relax ayudan también los colores del mobiliario, el agua que fluye por la fuente que preside el espacio y las plantas que pueblan este particular jardín que no solo nos hace viajar lejos de la rutina, sino que además, consigue trasladarnos en el tiempo gracias a esta ubicación privilegiada.
¿Y PARA COMER?
En este pool garden -cuya piscina solo pueden utilizar los huéspedes del hotel- todo se dispone para disfrutar desde primera hora del día hasta la caída de la noche. De hecho, para empezar con fuerza, además de sus desayunos entre semana, los domingos tienen disponible a mediodía (12-14h) un brunch para cualquiera que se deje caer por este lugar con encanto. Un completo menú que incluye café, zumo détox, bollería casera, diferentes recetas con huevo entre las que elegir, yogur con fruta y una porción de tarta.
Después de esta primera hora del día, al mediodía y por la noche, en la Terraza de CoolRooms se puede disfrutar de la carta de El 34, el restaurante especializado en pintxos vascos que colinda con el hotel y al que se puede acceder desde la calle. Dentro de las opciones más frescas, ideales para la temporada estival y el disfrute de este jardín, están los mini bocados fríos ideados por el chef Joseba Guijarro. Dentro de ellos destaca, por ejemplo, el de Ensaladilla rusa con langostino (también disponible en ración) muy melosa y elaborada al estilo cántabro. Dentro de la barra de pintxos también es recomendable para maridar con una cerveza bien fría alguno de sus Sándwiches. Están elaborados con ingredientes que saben a norte y entre ellos destaca especialmente el de Txaka, un paté de cangrejo que también está disponible en el formato de pintxo clásico. Siguiendo con el pescado y en la sección de fríos, destaca su Tartar de Atún, perfecto para tomar a pie de alberca. Si a pesar del calor quieres disfrutar de uno de los más clásicos -y recomendables- de sus pintxos calientes, no puedes dejar pasar La Revolución del torrezno, una reinvención de la corteza de cerdo más sofisticada, menos grasa y con un toque dulce que te va a sorprender.
Y así, con el estómago lleno, solo nos queda pararnos a descansar en el que, más allá de los clichés, es el oasis madrileño del momento.