Perritos muy goxos. Es el principal reclamo de la foodtruck que ha instalado el único chef triestrellado de Madrid, Dabiz Muñoz, en la puerta del Gourmet Experience de El Corte Inglés (plaza Manuel Gómez Moreno). Es el «local» más informal del cocinero, en el que ofrece a los madrileños la versión más casual y asequible de su cocina que, en principio, se estrena con una carta brevísima que incluye tres platos salados, uno dulce y dos cócteles, eso sí, con el inconfundible sello de excelencia y creatividad que ha hecho triunfar su universo ‘XO’ (DiverXO, StreetXO y GoXO, su también nuevo servicio de comida a domicilio).
Te será fácil localizarlo por las largas colas que, incluso tiempo antes de que abra sus compuertas y empiece a dar servicio, se forman. Y es que esta gastroneta en Azca se ha convertido en una oportunidad de lujo de disfrutar de la cocina de Dabiz a precios mucho más asequibles que los exigidos en sus restaurantes. En su interior, unos ocho cocineros trabajan a un ritmo frenético para que la fila avance con fluidez. La música electrónica que suena en el interior de la foodtruck ayuda a mantener el ritmo. Mientras llega tu turno, conviene ir decidiendo cuál será tu elección. Si algo bueno tiene este lugar es que, pidas lo que pidas, nunca vas a fallar. Todo está a la altura de las expectativas.
Los hot dogs, directamente, son otro nivel. Ambos se preparan con salchicha Frankfurt ahumada a la plancha y un esponjoso brioche, pero contienen salsas y toppings diferentes. El Perrito Mumbai es el que ofrece sabores más exóticos, pues se adereza de una generosa salsa masala de tomates de rama maduros, alioli de curry Vindaloo, menta escabechada y chutney; este se corona además con dos Pani Puri, unas crujientes bolas de coco de origen indio también, ¡casi ná! El Perrito Japocoreano, por su parte, apuesta por los sabores asiáticos, y se hace acompañar de una buena dosis de kétchup casero de kimchi, mayonesa cítrica de yuzu y trufas negras, yema de huevo cremosa y migas de tempura. Somos incapaces de decidir cuál está mejor que el otro, ambos son de pódium.
El tercer plato salado son los Raviolis chinos al vapor (4 unidades), una especie de dumplings rellenos de verduras al wok, acompañados de boloñesa de vaca vieja y chorizo ahumado de León con cinco especias chinas, espuma de parmesano y jugo de mostaza y miel. Y, para culminar, un postre fuera de serie, La Pedroche, una tarta de queso de interior súper cremoso, que también triunfa en su servicio de delivery; en cuanto tomes el primer bocado entenderás la razón. Este es el único plato que se sirve con cubiertos, unas pequeñas cucharillas que añaden a la bandeja para que podamos disfrutarlo en algunas de las mesas que se han dispuesto a la entrada del centro comercial para que podamos tomar nuestro pedido bajo techo (y con estufas para caldear un poco el lugar en invierno). Si no hay mesas disponibles, que es lo más probable, habrá que ingeniárselas para encontrar una zona cómoda en los alrededores de la plaza.
Para pasar el trago hay cerveza, agua y dos cócteles de creación propia: una Caipiroska de kumquats (naranjo enano) con vainilla, chile chipotle, yuzu y vodka; y una Margarita thai de mezcal con jalapeños, lemongrass, triple seco, lima verde y lima kaffir. Los precios de estos últimos pueden asombrar a más de uno -su precio supera al del resto de platos- pero son combinados inmejorablemente preparados y con sabores de lo más genuinos. Es lo que tiene practicar el «Goxismo ilustrado», hay que pagar un inevitable precio por ello pero nunca queda uno decepcionado. Por eso se forman las colas que se forman.