En el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III, la ciudad de Madrid estaba estructurada por manzanas y la manzana 330 correspondía al espacio donde más tarde, en 1866, se levantaría el Palacio de Santa Bárbara. De ahí que Mahou haya querido recuperar esta denominación para dar nombre al espacio que durante todo el verano (junio a septiembre) brindará a los madrileños un sugerente cóctel de gastronomía, cultura y ocio.
Los responsables del ya legendario El Viajero de La Latina se ocupan de la parte gastronómica, que tiene en la terraza del palacete su escenario principal. Un espacio, protegido por la sombra de un majestuoso albaricoque, donde refugiarnos de la canícula estival mientras tomamos una Mahou bien fresquita acompañada de algunas de las propuestas traídas hasta el lugar por Magasand (sandwiches, molletes rellenos o Tomasitos, piadinas y ensaladas), Enrique Tomás (jamón, queso y demás ibéricos), Asiana Next Door (ensalada vietnamita y kimuchi de zamburiñas como platos fijos; más otras opciones que renuevan cada noche, todas preparadas a la vista del público) y Celicioso, responsable de la parte más dulce y, en este caso, también más saludable (entre todas, tenemos debilidad por la tarta de lima).
Como el horario de Manzana es extenso, en su carta hay también espacio para los desayunos, brunch para el mediodía del domingo (12-17h) que llegan de la mano de La Carmencita, zumos naturales y cócteles, desde los más clásicos como el mojito y la caipirinha, hasta combinados granizados de elaboración propia, como el Manzana 330 (vodka negro, zumo de lima y azúcar), una excusa más que fundamentada para prolongar la estancia en el patio hasta bien entrada la madrugada.
Completan la experiencia una sucursal de Kiki Market, en el ala oeste del palacio, con una inmejorable selección de productos orgánicos, bio y ecológicos (y no perecederos, en su mayoría); otra delegación de la malasañera Rughara, en el ala este, que ocupa dos salas del palacio con una completa muestra de su catálogo de decoración, moda y diseño, todo de firmas nacionales. Finalmente, en el piso de arriba, hay un espacio dedicado al arte contemporáneo del que se encarga la galería barcelonesa Art3, que trae por primera vez a Madrid obras de OBEY, Blek Le Rat o Banksy.
No queda ahí la cosa. Los mahouistas deberán estar muy atentos a las redes sociales de Mahou y Manzana 330 porque durante todo el verano se irán anunciando cursos, talleres y conciertos gratuitos que tendrán lugar en el interior del palacete. Desde clases para crear tu propio huerto urbano y talleres de estampación o encuadernación, hasta conciertos acústicos de artistas nacionales como Marlango o Christina Rosenvinge. Pues eso, va ser el place to be de este verano, no os quepa duda.
*fotos: Paco Riquelme