Pisar el mismo suelo que a principios del siglo pasado recorrió Virginia Wolf es, por sí misma, una de esas experiencias que merece la pena vivir. Si además piensas que Benito Pérez Galdós o Ramón del Valle Inclán pudieron concebir alguna de sus tramas entre las paredes del Gran Hotel Inglés y tú estás dentro de él, la emoción es aún mayor. Y es que este señorial edificio del Barrio de las Letras es considerado el hotel más antiguo de Madrid y ha vuelto a abrir sus puertas para deleitarnos con un espacio que ha visto pasar lo más florido de la élite cultural y social de principios del siglo XX.
Es cierto que desde el invierno de 1886 hasta el año 2018 muchas cosas han cambiado -buena cuenta de ello dan los dos años que han llevado su remodelación- pero el glamour de antaño sigue intacto entre sus paredes. En su imponente hall, tocado por la sofisticación del Art Decó, encontramos LobBYto, la propuesta de All day bar que forma parte del impulso gastronómico que se ha concedido al hotel tras su reapertura. Como complemento a Lobo 8, restaurante capitaneado por el chef Willy Moya, surge esta barra en la que los cócteles de autor se combinan con una carta de tapeo castizo pero con toques de innovación otorgados por el afamado cocinero. Así, se pretende que el hotel tenga un marcado acento madrileño y atraiga tanto a los huéspedes como a quien en su recorrido por el Barrio de las Letras decida hacer una parada acodándose en esta barra.
MARIDAJE PERFECTO
El coctelero Ángel Navarrete es el alma mater detrás de esta barra de estructura oval que preside el lobby del Gran Hotel Inglés. Así, este diseño permite que los clientes pueden rodear al barman para ver atentamente cómo prepara los combinados y que esto dé lugar a una fluida interacción entre ambos. Dentro de la carta líquida, todos sus cócteles se elaboran con destilados premium de procedencia nacional e internacional. Así, su oferta pasea de la ginebra al vodka, pasando por el ron, whisky y algunas bebidas más peculiares como el mezcal mexicano. Además, tienen una sección especial dedicada al momento del aperitivo con algunas de las marcas más top de vermut y un último apartado centrado en la reproducción de algunos de los cócteles que otros grandes colegas de profesión, como Diego Cabrera, prepara en su propio bar a pocos metros de donde nos encontramos.
Entre los más destacados encontramos el cóctel La Mula de Echegaray, preparado con vodka Elyx, cerveza de jengibre y lima, una bebida que tiene un intenso sabor a esta raíz y marida a la perfección con la Ensaladilla de pulpo con pimentón de la Vera, uno de los hits de esta carta de tapeo. Para quienes busquen un cóctel algo más dulzón y afrutado, quizás la opción más adecuada sea El ponche del Angelito, una mezcla de pisco, clavo, piña, lima, limón y champagne Laurent Perrier. Es especiado y supone toda una explosión de sabores en boca, lo que lo convierte en el compañero ideal de las Patatas bravas pensadas por Willy Moya, con el toque picante bien subido. Si indagamos más en la parte gastro y buscamos otro maridaje de 10, hay algo que no puede fallar: sus Croquetas de jamón, con una bechamel que es pura melosidad y en la que el sabor a jamón domina la preparación -unas croquetas de las buenas de verdad, vamos-. Esta tapa es ideal para acompañar el gusto del mezcal, presente en el cóctel Hombre Lobo con Manzanilla Papirusa, Amores Cupreata Mezcal, limón y pepino.
Y es que LobByto es, en definitiva, un lugar con historia en el que vivir un memorable afterwork entre semana o, si lo prefieres, organizar un aperitivo de domingo para empezar la semana con muy buen sabor de boca.