En los alrededores de la Puerta del Sol se gestó una de las obras teatrales imprescindibles de principios del siglo XX: Luces de Bohemia. Aquel reflejo cotidiano, amargo y esperpéntico de todo un país fue escrito por Ramón María del Valle- Inclán, ese autor de aspecto bohemio y larga barba blanca que da nombre (e imagen) al local de tapas Inclán Brutal Bar, ubicado en el literario callejón Álvarez Gato, justo en aquellos inspiradores alrededores de la Puerta del Sol.
No cabe duda de que este restaurante bebe de la originalidad y creatividad del autor que le da nombre y ofrece una carta dividida en actos como buen libreto teatral. Su propuesta gastro, capitaneada por el chef Javier Navarro, quiere hacer olvidar a sus comensales las míticas raciones castizas y con un componente altamente turístico que se sirven en otros locales de la zona. Así, aquí no encontrarás calamares a la romana, patatas bravas o raciones de callos. Y si crees ver entre sus recetas algo parecido, no te confíes: la creatividad y los trampantojos son la carta de presentación de todos los platos que se sirven en este local.
Sus tapas y supertapas están especialmente pensadas para compartir y van desde los entrantes fríos como su mítico Gazpacho de remolacha y tomate con crudité de fruta fresca a una de sus estrellas: su atractivo Cajón de esto no es tomate, que toma prestado de esta hortaliza únicamente su aspecto exterior. El interior es toda una sorpresa. En el acto dedicado a las tapas calientes hay que detenerse en el Espeto de sardina a nuestra manera, una revisión del clásico espeto de los chiringuitos andaluces, manteniendo su sabor pero variando completamente su forma.
En lo que se refiere a las tapas más contundentes, mención especial a su Tentáculo de pulpo a la parrilla sobre parmentier de patata con cúpula ahumada en madera de roble (e intenso sabor ahumado) y, para los más carnívoros, su Bavette de ternera aromatizada con romero y verduras a la parrilla, una jugosa pieza de carne sellada y al punto de sal. Y después de compartir algunas de sus tapas y supertapas, es recomendable dejar espacio para el postre. Los #chocolatelovers se quedarán con su Chocolate costrado con helado de violeta, una original receta protagonizada por el chocolate al horno. Mientras que los más queseros no se querrán ir sin probar su Tarta de queso de cabra con mermelada de frutos del bosque. Un dulce broche final que se puede acompañar de uno de sus cócteles para dar por terminada una comida tan sorprendente e irreverente como el ilustre autor en el que se inspira su propuesta.