Mientras asistimos al cierre de algunas de las salas de cine más emblemáticas del centro de Madrid, vemos, por otra parte, cómo ganan adeptos las pequeñas salas y espacios ideados para el público que no sólo se conforma con los estrenos comerciales que semanalmente llegan a la cartelera. Cine clásico, alternativo, español, de serie B o documental. La renovación se ha convertido en sinónimo de especialización, permitiendo a los aficionados al séptimo arte ampliar sus gustos y disfrutar con opciones diferentes y -por qué no decirlo- necesarias.