Restaurantes indios imprescindibles para viajar con el paladar
Luz, color y mucho, mucho sabor. Pensar en la cocina india es hablar de un mundo de masalas, del uso del tandoori, del significado del pan de pita, de picantes —más o menos intensos—, y de una devoción por la cocina especiada y colorista, con mesas amplias donde compartir se convierte casi en un rito.
Hablamos de samosas, esas crujientes empanadillas, o de otro binomio crocante como las pakoras y los bhajis, imprescindibles como entrante; de los panes naan, a cada cual más tentador, sean con mantequilla, queso, ajo o especias; del impresionante despliegue del basmati —the real basmati— o de cómo cordero y pollo llevan la voz cantante de una cocina que también puede ser muy vegetal.
No hablamos solo del universo curry, que existe y lo hay de toda condición, sino de una cocina que se llena de contrastes dulces, salados, frutales, especiados y lácticos en multitud de propuestas que, por suerte, pueblan las calles de Madrid.
Un auténtico torbellino de colores y de sabores que bien merecen la pena no perder de vista en direcciones clave como la de estos restaurantes indios.