‘Arte a piñón’, ese es el lema de Sala Nómada, un proyecto de galería de arte en bicicleta, surgido de la imaginación de la artista visual Laura Flores y el artista multidisciplinar y director de iniciativas plásticas para el Espacio Naranjo Andrés Montes. Ambos se conocieron en la exposición de un amigo en común, el artista Julio Linares. Allí comenzaron a charlar y se dieron cuenta de que coincidían en multitud de cosas; desde entonces, no se han separado. Juntos visitaron multitud de galerías, hablaron largo y tendido, y empezaron a pensar que podría haber una manera más cercana de presentar al público tanto su trabajo como el trabajo de sus amigos. Así surgió la idea de Sala Nómada, con el afán de llevar el arte a la calle, generar conversaciones en torno a él, dar cabida a artistas que quizá no la tendrían en una galería al uso y también quitarle al mundo del arte ese aire de solemnidad que con frecuencia lo rodea.
Lo peculiar de esta ‘galería de arte’ móvil es que se desplaza de un lado a otro y lo hace sobre dos ruedas. Cuando Andrés regresó de una residencia en Alemania volvió muy entusiasmado con las bicicletas; él ya tenía una, así que buscaron una para Laura y así fue como apareció la preciosa bicicleta roja que hoy es la estampa más reconocible de Sala Nómada. Ambas son bicis antiguas, restauradas y adaptadas para servir como galería, con unas cajas diseñadas por ellos mismos para transportar y exhibir el trabajo de los más de veinte artistas que representan.
Por razones obvias, todas las obras que exhiben son de pequeño formato, limitadas a un A3 para facilitar su transporte. En cuanto a los estilos, hay pintura, ilustración, collage, fotografía, grabado e incluso alguna escultura. Aunque comenzaron con una selección de artistas compuesta, en su mayoría, por amigos de su círculo más cercano, poco a poco han ido ampliándola con trabajos que cumplían las condiciones del proyecto y además han propuesto su primera convocatoria abierta.
Sus bicicletas suelen moverse por el centro de Madrid: la plaza del Dos de Mayo y la zona comprendida entre el Museo del Prado y La Casa Encendida –con paradas en el CaixaForum, el Reina Sofía o las calles Doctor Fourquet y Duque de Alba–. Aún así, siempre postean dónde van a estar a través de Facebook e Instagram. Cuando alguien se encuentra con sus bicicletas cargadas de arte, ellos le cuentan a todo aquel que esté interesado las particularidades de cada una de las piezas que llevan, desde la técnica con la que están hechas hasta las anécdotas que hay detrás de cada una de ellas.
Además de Madrid, sus bicis han rodado por ciudades cercanas como San Sebastián de los Reyes y Segovia, y próximamente estarán también en Azuqueca de Henares, Santiago de Compostela e incluso, fuera de España, concretamente en Atenas durante la Documenta. Si te cruzas con ellos por las calles de Madrid, no dudes en preguntarles por cualquiera de las obras que llevan rodando de un lado a otro.