Detrás de la marca de complementos Paseo en Poni está Belén, una filóloga hispánica que empezó a dedicarse al diseño profesionalmente por un parón laboral durante la crisis, aunque la idea ya llevaba fraguándose durante algún tiempo, porque siempre había hecho cosas para entretenerse o regalar a sus amigos. Desde hacía tiempo le rondaba por la cabeza eso de trabajar para sí misma, ya que ha crecido rodeada de gente creativa y artesana, desde su propia madre, que siempre está con unas agujas de punto en la mano, hasta su padre, que ahora le hace las mesas para los mercados.
Belén afirma que fabrica los complementos que a ella le gustaría llevar, sencillos y ligeros, como la madera de la que están hechos. Muchos tienen claras referencias a la naturaleza, la infancia, al mundo de los cuentos o a ilustraciones vintage. Una de las cosas que más llaman la atención es el original nombre de su marca, que se le ocurrió un verano mientras buceaba en el mar y que eligió porque le recordaba a su infancia, ‘cuando todo era tan fácil y feliz como un paseo en poni’. De hecho, Belén conserva una foto junto a su hermana mayor de uno de esos paseos en el Parque de Atracciones de Madrid, que mucha gente que creció en los 80 seguro recordará. Le pareció un referente común y agradable, que evoca recuerdos estupendos.
Para crear sus piezas, Belén busca y rebusca imágenes inspiradoras en todas partes o las diseña ella misma; después las trata, las pasa a impresión y corte con máquinas láser, les da una capa de barniz y las monta. Usa impresiones en papel sobre tres materiales –DM, contrachapado y madera– con un grosor que permite el corte preciso con láser. Cualquier cosa puede servirle como idea para uno de sus colgantes: películas, libros antiguos con ilustraciones preciosas, viajar, observar lo que le gusta a la gente…
Además de online, podemos encontrar sus complementos en diferentes tiendas de Madrid como Nadia Vieira and Co. (Divino Pastor, 6), La Integral (León, 25) o Lady Cacahuete (Corredera Baja de San Pablo, 26). También es fija en Malamarket y es fácil encontrarla en el Mercado de Motores. Hace piezas por encargo, pero con un pedido mínimo; trabaja con las tiendas de algunos museos y hace ‘bodas, bautizos y comuniones’. Belén reconoce que lo mejor de este trabajo es la libertad para hacer lo que quieres y la búsqueda de materiales y de ideas para plasmar, pero no le gusta la idea de que dedicarse al diseño es algo trascendente o idílico ni que los precios sean desorbitados. ‘Yo hago complementos igual que un panadero hace pan’.