Fue unos de los pioneros, de los primeros locales en apostar por los combinados y las copas premium, adelantándose al boom de la coctelería en la capital, lo que le ha hecho ganarse la etiqueta de ‘clásico’. De hecho, muchos se refieren a a él como un bar ‘de toda la vida’, pero no es así. La historia del Josealfredo apenas abarca una década, pero el tiempo suficiente para convertirse en toda una institución en la noche madrileña. Con su buen hacer y el ámbiente único que han conferido a la sala (un remozado bar irlandés) han conseguido además estar tan de moda (o más) como en sus comienzos.
La carta de Josealfredo se basa fundamentalmente en la coctelería americana, con presencia de todos lo clasicos (Manhattan, Cosmopolitan, Bloody Mary). Junto a ellos, combinados marca de la casa, como el Josealfredo, Marlango o Los Jiménez (nombres también con historia) y creaciones que va introduciendo paulatinamente su bartender, Arantxa. Además, whiskies de Malta, rones artesanales y -no podían faltar- gin tonics, para los que cuentan con unas 30 marcas de ginebras (nosotros nos quedamos con la Safrom, la más indicada para los habituales de whisky).
En cuanto a la música domina la música negra (soul, funky, jazz…) pero a volumen moderado; lo importante aquí es la conversación. Sus responsables entienden el local como un club, donde la gente no va a estar sola. Entre diario, ambiente familiar, con una clientela muy fiel: gente del mundo del espectáculo, músicos y artistas, o pertenecientes a medios de comunicación que trabajan en los alrededores de Gran Vía. Su prestigio y unos precios razonables convocan a un público más heterogéneo y numeroso durante el fin de semana. Todos son bienvenidos.