El grupo Zombie Studio, artífices de Zombie Club, una de los fiestas más brillantes y con mayor poder de convocatoria de la noche madrileña, amplía su universo en la capital. Si en pocos años han logrando convertirse en todo un referente en el mundo del diseño, el ocio, la música o la moda, ahora pretenden extender su sello también a la hostelería con Zombie Bar, un espacio que aúna todas las aficiones de sus promotores (y seguidores): comida americana, estética vintage e industrial, graffitis, arte urbano, skate, cómics… El lugar elegido -no podría ser otro- es el barrio de Malasaña, una zona donde a pesar de tenerlo muy complicado han conseguido llevar una propuesta diferente.
Zombie bar se presenta como un dinner actualizado, un lugar donde comer de forma informal, con platos de marcado sabor americano (hamburguesas, sandwiches, perritos calientes), en raciones generosas y precios ajustados, pero de calidad (180 grs. de carne lomo de buey en cada una de sus hamburguesas). Su carta-cómic también incluye platos de origen más exótico (ceviche de pescado, guacamole, hummus) y otros dirigido al público vegano, como la soja burguer. Para el postre hay opciones tanto para los que apuestan por lo clásico (brownie o cheesecake) como para los que prefieren arriesgar (mojito de fresas en texturas: sorprendente). En cualquier caso, acertarás seguro.
Pero Zombie Bar es mucho más que un burguer urbano y aspira a convertirse en un punto de encuentro para cualquier hora del día, donde poder desayunar, tomar unas cañas, café o las primeras copas de la noche. Como cabría esperar, la coctelería es otro de los reclamos del Zombie, que de jueves a sábado cuenta con los servicios de un barman profesional encargado de traer tanto los cócteles más clásicos como las combinados más innovadores. Si no, prueba el mojito de fresas servido en un tarro de cristal de conservas: extraordinario.