*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Sales del bar de copas, ya de madrugada, y después de tantas horas de parranda por Malasaña el cuerpo te pide algo sólido para poder llegar a casa de pie; es más, sabes que la nevera que te espera en casa poco puede ofrecerte. O andas de compras por la zona y necesitas hacer una parada breve para recobrar energía y poder seguir tu recorrido. Opciones rápidas para calmar tu apetito tienes, pero todas son dulces. ¿No hay ningún tentempié salado, que alimente como es debido y que vaya más allá del clásico perrito o hamburguesa?
Esa fue la pregunta que llevó a los responsables de Yoguis a montar este pequeño local en la Plaza del 2 de mayo que despacha durante todo el día, y buena parte de la noche, pequeños waffles calientes con suculentos rellenos salados, perfectos para tomar en la calle y sin tener que pringarnos las manos. La inspiración llegó tras descubrir los waffle dogs, un bocado muy popular en Hawaii, que une dos clásicos del street food como son el waffle y el hot dog. Este formato, que por supuesto ocupa un lugar destacado en su oferta, les ha servido para crear una original propuesta experimentando con otro tipo de rellenos también muy populares e igual de apetitosos. Cabronara (queso, champiñón, bacon y salsa de yogurt), Boloñesa (queso, carne de albóndigas y tomate), Hindú (queso, pollo y salsa de curry) o BBQ (queso, bacon, pollo y salsa barbacoa) con solo alguno de ellos, aunque también se han atrevido a crear sus propias recetas para los que busquen sabores más allá de lo convencional. Hablamos del Yogui Marinero (calamares en su tinta y quesos) o el Devil Bro (queso, pimiento rojo, pollo y salsa brava), por citar dos de ellos.
Tras la apertura -y el consiguiente éxito- del céntrico local, los Yoguis han encontrado una nueva sede muchos más dulce en la zona de Moncloa: epicentro universitario donde se precie, con público deseoso de este tipo de productos. Con un precio de 2’50€, aquí se ofrecen las 10 versiones de los clásicos yoguis salados y también 6 opciones dulces. Muy vistosas, y siempre con su típico palito para poder degustarlo en cualquier sitio, las versiones dulces harán las delicias de los más golosos: Sweet Monkey (plátano y dulce de leche), Pink Panther (fresas, sirope de fresa y virutas rosas), El Más Cuqui (cookie, sirope de chocolate y virutas de chocolate), Muesliciosos (muesli, crema de cacao y muesli crujiente), Yummy Yoreo (oreo, sirope de chocolate y virutas de chocolate blanco) y el Locosito (lacasitos y crema de cacao)
Su elaboración es más que sencilla. Las waffles se hacen a la plancha en solo unos pocos minutos y, antes de sellarlos, se añaden los rellenos cocinados previamente y una varilla de madera para que podamos comerlos como si de un polo se tratase. Si ya de por sí la idea resulta atractiva -y práctica-, termina por convencer a todo el mundo cuando descubrimos su precio, lo que hace de los yoguis un bocado democrático, asequible a todo tipo de bolsillos.
Solo nos falta explicar su nombre, algo que sus creadores cuentan con una historia de un mono que ha sido representado comiendo yoguis en las paredes del establecimiento. Pero, qué más da; independientemente del nombre, este bocado nos convence y -estamos convencidos- nos va a sacar de más de una premura.