*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Buena noticia: la terraza del hotel Vincci Vía 66 deja de ser un espacio exclusivo para clientes y desde este verano permite el acceso al bar que ocupa su azotea a todo el público. Solo basta con preguntar en recepción para que nos indiquen la forma de acceso a esta espaciosa esquina en la cima de la Gran Vía, rodeada de algunas de las cúpulas y torreones más emblemáticos de la arteria madrileña.
Abierta durante todo el día -aunque recomendamos visitarla al caer la tarde, pues aún no tiene zona de sombra-, la terraza del Vía 66 se estrena con breve oferta de picoteo ligero (embutidos, algunas pizzas, sandwiches y una hamburguesa de la casa), cervezas, refrescos, vinos y copas (que no cócteles); y a precios nada desorbitados. La decoración sobria y desahogada, con estancias para todos los gustos (amplios sillones y sofás de rafia, taburetes altos con veladores, un par de tumbonas), lo convierte en un lugar perfecto para desconectar del incesable bullicio de la ciudad. Y, por supuesto, para disfrutar plácidamente del atardecer, pues ofrece una inigualable perspectiva del oeste de Madrid, justo por donde se pone el sol.
Sorprende, no obstante, que de banda sonora hayan elegido una emisora de radio dedicada a la nostalgia musical; y que cada vez que el camarero tiene preparado un pedido suene un teléfono de pared para que pase a recogerlo al office. Pero son detalles irrelevantes. Perdonables por tratarse del comienzo de su andadura. Bienvenida sea.