‘Limone’, la primera taberna de tapas italianas en Madrid
*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Especializada en platillos italianos y focaccias, Limone abre sus puertas en el barrio de Salamanca como un coqueto rincón de inspiración mediterránea que homenajea al calor y al sabor de La Liguria. En esta tavernetta siempre brilla el sol, y es que fue en esta región norteña en la que la familia Assandria, propietaria del local, vivió sus veranos más felices junto a su abuela Sandra. Recuerdos, aromas y sabores familiares que los nietos –Francesca Assandria, nieta de la nonna Sandra, y Asdrúbal Salazar, cuñado de Francesca y nieto político de la nonna– adaptan ahora a los paladares madrileños.
A los españoles nos asustan los platos grandes, ‘a la italiana’, preferimos raciones más pequeñas para compartir en el centro de la mesa. Por eso, la carta de Limone toma como base el concepto de bocconcini, pequeños bocados de tradición italiana ampliados y reinventados a partir de ingredientes y elaboraciones de todo el país, especialmente de La Liguria. En homenaje al cariño de las abuelas, a los veranos felices de la infancia y, cómo no, a los limones del maravilloso jardín familiar, las recetas della Nonna llevan el toque del chef, Marco Assandria. Así, encontramos delicias tan apetecibles como el pepperoncini ripieni di tonno (mini pimentos rellenos de atún), las fiori di zucca ripieni di provola e ricotta (flores de calabacín rellenas con provolone y ricotta) o los scaloppine di maiale al Marsala con patate casalinghe (lomo de cerdo con salsa de vino Marsala y patatas de la casa), que la abuela de los Assandria solía preparar para sus nietos. La esencia de otras zonas de Italia se saborea también en el troffie al pesto Genovese (pasta corta con pesto tradicional), los ravioloni allo scoglio (ravioloni rellenos de frutos del mar troceados) o el scaloppine di pollo al limone con patate casalinghe (pollo en salsa de limón con patatas de la casa).
Mención aparte merece el trabajo del ‘maestro focaccero’. Las focaccias de Limone emplean rellenos que recorren toda la geografía del país de la bota: desde las más conocidas –como pueden ser las de jamón cocido italiano con queso stracchino; gorgonzola, pollo hilado y rúcula; o jamón San Daniele, tomate, mozzarella y canónigo– hasta focaccias con sabores tradicionales pero poco conocidos en España –como la de salchichón tipo Milano y crema de queso con mermelada de higos; o la de mortadela tartufata, pesto, rúcula y queso pecorino–. Para acompañar, cerveza Birra Moretti y vinos de la tierra como el Memoro Piccini, el Branciforte Bianco o el Nero D’avola, el vino siciliano más famoso del mundo.
En el apartado de postres descubrimos sugerentes delicias italianas como la panna cotta, el Pie di Limone, los ravioli di tiramisù col gelato y la estrella de la carta dulce, la focaccia de Nutella. El café, por supuesto, italiano (Lavazza).
Aunque la cocina de Limone descansa por las tardes, el restaurante permanece abierto todo el día y a la hora de la merienda se impulsa con tartas caseras y alguno de sus postres, que pueden acompañarse con un cóctel clásico como el Amaretto Sour, el Negroni o el Aperol Spritz, aunque en la carta creada por el barman encontramos otras mezclas de autor, a cual más apetecible. El concepto de esta tavernetta invita a reírse y desconectar en compañía a cualquier hora del día. Diseñado íntegramente por Eat&Love Studio (Lolo Polos) en colaboración con la interiorista Marta Banús (Lolo Polos, Le Coco, El Columpio), la decoración en tonos blancos, azules y amarillo limón, con mesas altas y taburetes, es tan informal y relajada como una tarde estival. Además, Limone cuenta con una pequeña terraza a pie de calle, caldeada con estufas para los días de invierno.
