‘La T gastrobar’, el elegante de Malasaña
*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Lo tiene todo. En primer lugar, un objetivo claro: mimar al cliente para que siempre se vaya satisfecho. Segundo: platos completos y ligeros, en los que se evidencia un respeto máximo al producto y la temporada. Tercero: un local muy atractivo, con estilo propio y muchas posibilidades. Y, finalmente: precios realmente ajustados, al alcance de todos los bolsillos. Con estas credenciales se presenta La T Gastrobar, un proyecto gastronómico que se descubre como una de las alternativas más elegantes de Malasaña, sobre todo por su imponente decoración (que lleva la impronta del estudio Triscaideca), y que enlaza a la vez con el espíritu cosmopolita y vibrante del barrio.
Es uno de esos multiespacios contemporáneos que se disponen en diferentes ambientes, y donde es posible tomar el aperitivo en la barra o en el saloncito lounge de la entrada (más apropiado para los meses de verano), comer de menú a mediodía y a la carta por la noche, o disfrutar de unas copas post-cena en el lujoso bar que ocupa la planta baja. Merece la pena compartir espacio en la mesa comunal situada frente a la cocina acristalada para ver cómo trabaja el equipo de cocina, de la que salen propuestas de sabor mediterráneo y claras influencias de corte internacional, que convencen al comensal por su ejecución perfecta. Como se puede comprobar en unas sutiles vieiras a la naranja, el magret de pato ahumado (que llega acompañado de setas de temporada) o el exquisito lomo de cordero al comino. El restaurante tiene más argumentos en forma de croquetas de risotto con trufa negra o foie gras dorado con higos secos, perfectos como entrantes para luego ir más allá. Como epílogo, un tentador listado de postres, que incluye valores seguros (tarta de chocolate con helado de pistacho) y otros más imaginativos (crujiente de frutas del bosque). Se tarda en decidir; eso dice bastante.
A la vista del cliente también la bodega, con una equilibrada y eficaz selección de botellas adaptadas a su oferta gastronómica. Etiquetas jóvenes, poco conocidas y a precios razonables para no inflar la factura final. Así podremos culminar la velada en la espectacular barra de alabastro del piso de abajo con alguno de sus cócteles y copas premium, que aquí no se traduce solo en gin tonics. Los fines de semana, además, cuentan con sesiones de DJs (disco, underground, cosmic, electrofunk) que a más de uno le ayudará para calentar antes de irse a bailar.
