*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Hablar de El Paracaidista como una concept store sería estar obviando una buena parte de las cosas que ocurren en el interior de esta emblemática casa palacio del corazón de Malasaña (La Palma, 10 <M> Tribunal). La realidad es que aunque, de primeras, este local pueda asemejarse a una tienda, la oferta de este proyecto puesto en marcha por un numeroso equipo de personas relacionadas con el mundo de la moda y la cultura es lo más parecido a un centro de ocio que a un sitio en el que solo se va a hacer shopping.
Si algo se percibe en el momento en que se pone un pie en el hall, es que El Paracaidista juega con el factor sorpresa. Para empezar, el visitante advierte nada más entrar que cualquiera de las plantas que decoran el lugar están a la venta. Pero si hay algo que descoloca más que el hecho de poder llevarte la decoración del edificio a tu casa, es que a pocos metros hay una sala de cine, el Movie Club, en el que organizan ciclos de cine poco convencional (clásicos, cine de autor y ciclos temáticos) al que se podrá acceder con una consumición que podrás tomar mientras ves una película. Cool, ¿no?
Pero la experiencia no acaba aquí. Además de la comfy sala de lectura y relax paralela al cine, con revistas de diseño, moda y arte y una impecable decoración de inspiración nórdica, la experiencia continúa en la segunda planta, donde encontramos la tienda propiamente dicha, en la que hay desde lámparas de Álvaro Catalán, muebles de firmas internacionales, artesanía local y delicatessen de todo tipo para los paladares más curiosos, pero también sneakers, moda comprometida con el medio ambiente, bicicletas y skates, y productos beauty tanto para ella como para él. ¿La diferencia con el resto de tiendas tradicionales? Aquí tú eliges, pagas (próximamente por medio de una app de El Paracaidista) y ellos te lo llevan a casa.
Tras las compras, la tarde sigue en la coctelería cubana de la tercera planta, donde el visitante se transporta de un plumazo a algún rincón de la Habana en un espacio que hace justicia a su nombre, decorado con tapizados exóticos, muebles vintage o sillas de ratán y mimbre. ¿Lo mejor? Su soleada y amplia terraza, perfecta para disfrutar de las tardes de verano en buena compañía. Y hay más. Un nivel más arriba, llegamos al restaurante rooftop Parq, con una atractiva terraza interior en la que refugiarse del ruido y saciar el apetito con una pizza vegetariana, un pollo teriyaki o una ensalada fresquita. Sin duda, el nuevo enclave malasañero donde echar la tarde del sábado rodeados de buen rollo y estilo.