*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Raro es el morro que no ha resoplado cuando ha preguntado «¿qué hay de comer?’ y le han contestado fríamente las 3 sílabas más temidas: ver-du-ra. Claro que no es lo mismo morir de aburrimiento cocinando un brócoli pocho en casa que un curry de verduras con quinoa creado por un chef de estrella Michelín, ¿no? Por eso (y porque todos merecemos gozar sin dejar de ser sanos sanotes) queremos recomendaros Barbecho: el pequeño local del chef madrileño Rodrigo de la Calle que da continuidad al hilo conductor de sus otros conceptos, El Invernadero y el servicio Verdelivery, que ya inició en el local del que hablamos ahora.
Barbecho debe su nombre a su significado más visceral: el sistema de cultivo que consiste en dejar de sembrar la tierra periódicamente para que se regenere. Lo mismo que pasa cuando nuestro cuerpo, ahogado entre delivery de burgers, viernes de pizza y cócteles de media tarde cuando necesita parar y recuperarse con un buen chute detox. En este caso Barbecho es además un pequeño local ubicado en la calle de Alenza que se suma a la oferta foodie de la zona Ponzano-Ríos Rosas con una diferencia: aquí no prima el tapeo, sino platos hechos y derechos de comida tradicional con todo el sabor de la huerta a la que De la Calle nos tiene acostumbrados. ¡Ah! Pero con un giro molón que despierta el paladar a base de fusión.
ALTA COCINA VERDE A PRECIOS ASEQUIBLES
Podemos seguir hablando entonces de una alta cocina verde que defiende el buen producto de temporada, pero esta vez con los pies un poco más en La Tierra. Nada de menús degustación: aquí mandan los precios asequibles y la pizarra de sugerencias del día que encuentras, como en todos los bares, a la entrada. Tras su puerta hay una barra que cruza el local de lado a lado y, en el espacio que sobra, unas cinco mesas para comer; ni más, ni menos. Un ambiente sin pretensión, solo la de alimentar con platos sabrosos que no nos hagan sentir culpables.
Su carta está dividida en una propuesta para mediodía, otra para la noche y otros platos más inesperados o sugerencias que reservan para sorprender en fin de semana. Una oferta perfecta para compartir y dividida en varias partes. ¿Sus entrantes? Raciones ligeras, todas con un toque original y diferente, y algunos clásicos del tapeo castizo como la Cazuela de callos a la madrileña o los Buñuelos de brandada de bacalao con alioli. Sabroso y tope saludable es su Humus de garbanzo elaborado a base de caldo de verduras, sin ajo ni especias fuertes, solo con el toque cítrico de la lima; vienen, como no, acompañados por algunos crudités de verdura. Fresquitos también son sus Cogollos de Tudela con cherry aderezados y acompañados de vinagreta. Si después de comer esto uno no se siente la persona más sana del mundo, poquito nos queda.
Pasamos a sus platos principales en los que se sigue defendiendo las etiquetas de vegano y vegetariano, con la excepción de una sección dedicada a Carnes y pescados. En ella encontramos propuestas como la Presa de cerdo ibérico curada y adobada con guarnición de setas y ajetes; Taco de rodaballo con zanahorias escabechadas; o Pollo picantón asado con ensalada y puré de patatas para los paladares menos atrevidos.
En su apartado de ‘De la huerta’ se pueden encontrar platos súper interesantes. Sencillos, pero llenos de matices e ingredientes originales. Por ejemplo ese Curry verde que consiste en una cama de quinoa y vegetales salteados al wok con pasta de curry casera, su leche de coco y un puñado de cilantro para rematar; muy suave y contundente. Otras opciones son por ejemplo las Alcachofas fritas a la andaluza con mayonesa de cítricos, los Espárragos blancos de Tudela al natural con mayonesa de ajo negro o el Falso risotto de espárragos verdes.
ARROCES DE VERDAD DE VERDADERA
Pero si lo que queremos es un arroz de «verdad verdadera» lo mejor es que pidamos alguno de sus Arroces en paella, a los que han dedicado un apartado de la carta. Y es que una de las señas de identidad de Rodrigo de la Calle siempre ha sido su amor y buen hacer en el arroz. Demostrado queda con el de Verduras de temporada, el de Pollo de corral y verduras, el Negro de pulpo y calamar, el Arroz de setas y presa de cerdo ibérico o la Paella valenciana con pato y caracoles, entre otros. Ideales para tomar sentados en el local junto a una caña bien tirada y creer, por un momento, que estamos de vacaciones.
Pero Rodrigo también hace extensible su concepto Paella Power a nuestros hogares. Un servicio que inició en el local de Barbecho y que le ha ayudado a ofrecer los arroces de su local (además del resto de platos de su carta) también a domicilio y take away con ese Verdelivery que mencionamos al comienzo. Con él una vez más se pueden probar arroces al gusto de quien lo pida, con los ingredientes que uno quiera (Pato y verduras, Bogavante, Conejo, Carabinero, etc) y por encargo con al menos 24h de antelación.
Siempre merece la pena probar alguna de sus sugerencias de fin de semana, ya que suelen ser más arriesgadas y la apuesta por la fusión queda mucho más latente. Llama especialmente la atención entre sus propuestas especiales la Burger hawaiana vegetariana, pero también los Rollitos asiáticos que se emplatan de forma súper original: servidos como si fueran tacos de alga, rellenos de arroz con especias, zanahoria en crudo, cebolla china, mix de sésamo, queso crema, gambas marinadas y salsa teriyaki de la casa (como todas sus salsas). La mezcla la cierran cazando la lámina con unas pequeñas pinzas de colores que dan un toque molón y fotografiable al plato. ¿Y el sabor? Exótico y muy fresquito, pero contundente. Ideal para compartir.
LA TARTA DE QUESO, TODA UNA INSTITUCIÓN
Para los postres encontramos muchas opciones disfrutables. Clásicos como la Tabla de quesos con membrillo y nueces, un suave Flan casero de huevo al caramelo o la Tarta de 4 chocolates. Con un pequeño giro tenemos otros como el Pastel de zanahorias con sorbete de mandarina, la Torrija caramelizada con helado de leche merengada o las Supremas de piña asada al ron. Pero sin duda El Postre, así con mayúscula, es la Tarta de queso que preparan dentro de un vaso de cerámica blanco y que Rodrigo de la Calle viene proponiendo desde sus inicios en la cocina madrileña. De un sabor totalmente adictivo viene rellena con queso crema y nata, fresas, barquillo troceado y un toque de dulce de leche. ¿Un consejo? Mejor no compartirlo si no queremos quedarnos con ganas de más (y esto está casi asegurado). El final perfecto para compensar una comida saludable.
EL IMPRESCINDIBLE… su tarta de queso, increíble.
FÍJATE EN… la pizarra con los platos del día y las sugerencias del fin de semana, ¡siempre hay sorpresas!