La Cocina de mi Vecina es un pequeño aunque acogedor espacio en el barrio de Malasaña que hace las veces de restaurante, cafetería, bar, panadería y take away. A primera hora del día es un lugar perfecto para desayunar, especialmente el fin de semana: un desayuno contundente (zumos naturales, café italiano, chocolate, tostadas, bizcochos, croissants….) para tomar en buena compañía o solo, con la prensa del día. A mediodía, merece pasar por aquí para tomar el brunch, un tentempié, comer de forma informal o coger comida para llevar. Para ello disponen de una suculenta carta de ensaladas, sandwiches, tostas, cremas de verduras, pastas y quiches. Aunque lo más aconsejable es elegir el plato del día, casero y a muy buen precio (4 y 5€).
Por la tarde, La cocina de mi vecina está abierta para aquellos que les gusta disfrutar de una buena merienda. Es el momento en el que arrasan sus tartas, especialmente la de zanahoria, y los tés (poseen una variada carta de tés de diferentes sabores y procedencia). Ya de noche, es recomendable pasar por allí si vas a salir por la zona y quieres coger energía de cara a una ‘larga noche’ con alguno de sus platos de pasta o patatas rellenas.
Además de buena comida, este minirestaurante ofrece exposiciones temporales de fotografía y pintura de jóvenes artistas. Otra razón más por la que La cocina de mi vecina se ha convertido en uno de los lugares favoritos de los vecinos de Malasaña.