‘Bye Bye Sugar’, pastelería sin un gramo de azúcar
Sentir debilidad por los postres y tener que renunciar al azúcar puede ser muy duro. Donde otros se hubieran resignado a una vida sin dulces, Clara Carreras buscó una solución innovadora: desarrollar una pastelería basada solamente en edulcorantes naturales. En Bye Bye Sugar, su tienda en el barrio de Chamartín, los pasteles no tienen ni un gramo de azúcar.
Sus tartas, tartaletas y otros dulces utilizan un edulcorante -secreto de la casa- que, como explica su cocinera, es apto para diabéticos y otras personas que, por salud, no pueden o no quieren consumir azúcar. Y lo cierto es que no se echa de menos: aunque algunos postres tienen un sabor ligeramente más ácido de lo acostumbrado -por ejemplo, la confitura de su deliciosa tarta de queso– las demás notas llegan con intensidad al paladar, como las de la manzana de su Strudel o el cacao de sus trufas de chocolate y canela.
A Clara, cocinera profesional y licenciada en empresariales, la diabetes que sufrió durante sus embarazos le dio la idea para emprender su propio negocio. Contactó con una empresa estadounidense que fabrica un edulcorante vegetal y trabajó durante meses en un recetario adaptado a este ingrediente y a los gustos españoles. En su vitrina suele haber clásicos como la tarta selva negra, el bizcocho de yogur o las tartaletas de limón, que elabora y despacha en una pequeña y coqueta cafetería-pastelería reformada y decorada a su medida.
Además de su carta de dulces, que cambia según la temporada -semifríos y tartaletas de frutas en verano, chocolate y frutos secos en las estaciones frías-, Bye Bye Sugar vende pan de masa madre, quiches saladas y tiene una pequeña selección de cafés y bebidas para tomar en su local. También hace tartas por encargo, por teléfono o a través de su web, que cuenta con un catálogo de lo más apetecible y sí, todo sin azúcar. Enhorabuena a los golosos.
* Fotos: Álvaro de la Fuente
