Una pareja apasionada por la música y un ático. Con esta sencilla premisa nació The Attic, los conciertos acústicos en áticos que atraen a aquellos que buscan nuevas alternativas de ocio en la capital. La pareja son Álvaro Hurtado y Elena Gallardo, dos jóvenes que comenzaron esta aventura cuando vivían en un dúplex en Francos Rodríguez y organizaban en él pequeños acústicos para sus amigos más cercanos. Viendo el éxito de su idea, decidieron hacerla más grande y sí, así The Attic tomó entidad propia y comenzó a localizarse en diferentes azoteas del centro de la ciudad y a acoger cada vez a un número mayor de personas: hasta 60 o 70 en sus últimos eventos.
La idea de esta pareja se ha hecho grande gracias al boca a boca pero su espíritu continúa intacto. Álvaro y Elena escogen a músicos o bandas emergentes, principalmente madrileñas, que tocan estilos variados pero que coinciden en un punto: interpretan el tipo de música que ellos escuchan de forma habitual que es, sobre todo, indie folk en inglés y castellano y también cantautores. Los asistentes a los conciertos, que se celebran dos sábados al mes, no saben de quién es el concierto hasta doce días antes de que se celebre y, para mantener algo más ese aura de misterio, la localización es secreta hasta el propio día en el que tiene lugar el evento.
Según nos cuentan sus creadores, la idea aquí es que la gente que acuda a los conciertos se sienta cómoda (‘como si estuviesen escuchando música en la terraza de su casa’, señala Álvaro) y, por ello, a medida que su idea fue creciendo, la pareja añadió ciertos detalles a sus conciertos. Por ejemplo, ahora la entrada incluye una consumición, que puede ser desde una cerveza artesana madrileña -porque en The Attic potencian lo local ante todo- hasta un vermut, zumo natural, vino o kombucha. Una forma de que el público se sientan más cómodo y se deje llevar por el momento y el buen rollo sobre una azotea.
El horario de los dos conciertos al mes que celebra The Attic va variando en función de la época del año. Así, por ejemplo, de marzo a noviembre, los conciertos se celebran al mediodía con el fin de aprovechar las horas de sol y la temperatura más suave. Sin embargo, durante los meses de primavera/ verano, los acústicos pasan a celebrarse a la caída de la tarde disfrutando así de bonitos atardeceres y el ‘fresquito’ cuando cae el sol. La duración del concierto es de, aproximadamente, dos horas y media. Toda la información referente a fechas, localizaciones y artistas puedes encontrarla en su web.