‘Periquitos Park’, el parque de bolas definitivo para adultos
La expresión ‘ir de fiesta a un parque de bolas’ acaba de cobrar un nuevo significado en nuestro diccionario: solo apto para adultos. Y no precisamente porque hayamos encontrado un centro de ocio pensado para mayores de 18 años. Periquitos Park (Eduardo Terán, 3 <M> Torre Arias), que así se llama, situado en la zona de Canillejas, es mucho mejor: un parque de ocio infantil y urbano que tanto a diario como durante los fines de semana acoge a personas adultas que tengan alguna excusa para celebrar, desde fiestas familiares hasta despedidas de solteros y quedadas de empresa. Planazo para pasarlo como niños durante unas horas.
Nació con la intención de ser un parque infantil diferente a los demás en lo que al trato a los adultos se refiere: es decir añadiendo a la oferta infantil una interesante propuesta de ocio y comodidades para que los padres se entretengan. Elena y Hugo, sus propietarios y asiduos consumidores de este tipo de ocio por sus hijos, han vivido en sus propias carnes largas y aburridas esperas. Y saben que la única distracción a la que tienen acceso los adultos, desde el momento en el que sus hijos ponen un pie dentro del recinto, es mirar el reloj y contar el tiempo que queda para que termine su turno de saltos, piruetas y volteretas.
Así se explica que en su centro los padres y adultos hayan dejado de ser meros espectadores para pasar a la acción, pues tienen la posibilidad de disfrutar del recinto de manera privada –nunca al mismo tiempo que los niños, excepto en el caso de las fiestas familiares–, en grupo y siempre bajo reserva. Eso sí, con alguna que otra limitación: no hacer el ‘trenecito’ para no dañar las instalaciones y tener cuidado con las alturas, pues las pruebas y los espacios de ocio –camas elásticas, toboganes, piscina de bolas…– tienen las medidas adecuadas para personas que no superan la altura de 1,20m; vaya, lo normal para niños de hasta 10-12 años aproximadamente.
Y para alegrar aún más la quedada, tanto para los adultos que se animan a hacer el gamberro como para aquellos que simplemente van como acompañantes pasivos de sus hijos –que, en definitiva es para lo que existen este tipo de centros–, cuenta con una sala de espera totalmente acondicionada: zona de bar de estética actual, con varios ambientes y música para todos los gustos –pero sin Cantajuegos–, con carta de bebidas y picoteo para tomar algo que esté a su altura mientras sus hijos están dando brincos. Y así, por fin, todos contentos.
