‘Lata Peinada’ es una novela inconclusa del argentino Ricardo Zelarayán que alcanzó el status de culto por su originalidad y carácter experimental. Un trabajo extraño, incluso difícil de comprender para muchos lectores, que ahora da también nombre a esta librería dedicada en exclusiva a la literatura latinoamericana. Al frente de ella encontramos a los escritores argentinos Paula Vázquez y Ezequiel Naya, quienes llegan a Madrid después de la calurosa acogida que recibió su primera Lata Peinada en el barrio barcelonés de El Raval. El afán de expandir el conocimiento de la literatura latinoamericana los ha impulsado a ampliar horizontes, y en noviembre de 2020 desembarcaban en Madrid.
La ubicación, en el barrio de Malasaña, no podía ir más en sintonía con el concepto del local, que promete colmar las apetencias culturales de los más bibliófilos. ¿Cómo lo consiguen? Pues con sus tres puntos fuertes: un catálogo artesanal en el que el 50% de los libros que importan no tienen distribución en España; un rincón al que han apodado como ‘joyitas’ de la literatura latinoamericana con primeras ediciones de clásicos y libros ya descatalogados; y un bar-cafetería que nos invita a disfrutar de la lectura mientras saboreamos el clásico sandwich Tostado argentino, además de café, cerveza de grifo, vinos, tartas, galletas o croissants (proceden del horno de Big Little Café, así que ricos están un rato).
Aunque lo que hace verdaderamente especial esta nueva dirección en la ruta de librerías madrileñas, es su gran interés por acercar al los lectores madrileños nuevos títulos de autores latinoamericanos que no se suelen encontrar en nuestro país. En su catálogo hay espacio para todo tipo de géneros: narrativa, poesía, ensayo, filosofía, literatura infantil, biografías, cómic… Títulos, en buena parte, «ultracanónicos» que, como la novela de Zelarayán, están fuera de los márgenes de lo establecido. Estos proceden mayoritariamente de pequeñas editoriales independientes latinoamericanas como la argentina Mansalva, la chilena Noctámbula o la peruana Peisa.
Por extraño que pueda parecer, estas pequeñas editoriales han sido sus grandes aliados de cara a la consolidación del proyecto, primero en Barcelona, y ahora en Madrid. Ellas son las que facilitan que los autores de los libros que se exhiben en sus estanterías, visiten la librería para presentar sus últimos trabajos o para encontrarse con sus lectores en los numerosos coloquios y talleres que organizan a lo largo del año. Algo que agradece especialmente la comunidad latinoamericana de la ciudad que tiene en Lata Peinada una oportunidad de conocer a los escritores, emergentes y veteranos, que triunfan en su país. Y los lectores que deseen explorar nuevos territorios literarios también.