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‘Dry Martini’, el templo de Javier de las Muelas saluda a la Castellana

Maria G. Aguado

Hablar de Javier de las Muelas es hablar de un chamán de la coctelería y de un gurú del buen gusto, y sus cocktail bars, repartidos de una punta a otra del mundo, dan fe de ello. En Madrid tenemos uno de sus mejores embajadores, Dry Martini, un bar elegante situado en el lujosísimo Hotel Meliá Fénix, que se abre con su terraza a la Castellana. Allí se da una lección a quienes aman los cócteles: la tradición es la mejor base y la creatividad, la clave del éxito. Y si hay maridajes de por medio con buenas tapas, la gloria está asegurada. 

DRY MARTINI Jim-let Fox-trot con tapa de jamon sobre mousse de calabaza con pimenton y corteza-2

Dry Martini nació en Barcelona como una coctelería clásica, y ese espíritu se mantiene, por eso el cóctel Dry Martini es el protagonista indiscutible. Un combinado elegante, que recuerda al viejo Hollywood que tanto gusta a de las Muelas. Es sencillo en ingredientes –que no en técnica–, por eso tiene más de dos metros de barra dedicados en exclusiva a su preparación, de la que sólo pueden encargarse los managers del bar. Un trago seco y astringente que va perfecto con un bocado fresco con un punto de vinagre, como su ceviche, o con uno suave que pasa con delicadeza por el paladar, como su selección de nigiris. La innovación empieza a asomarse con el Jim-Let Fox-Trot, un trago largo que se agradece en la época estival de su terraza, pues se hace con un granizado de ginebra y lima que se sirve sobre una base de tónica. Por las diferentes densidades, el granizado queda sobre la tónica, la idea es probarlo primero para preparar al paladar, y después mezclar. A este trago le va perfecta la tapa de jamón Cinco Jotas que se sirve sobre una mousse de calabaza con pimentón y a modo de tosta, una corteza.

Podría parecer manido aquello de ‘aquí queremos crear experiencias únicas para el comensal’, pero cuando aparece Carnivore, el nuevo cóctel de la carta, la frase cobra un nuevo sentido. Y es que este cóctel de frutos rojos a base de vodka se sirve dentro de una planta carnívora (como lo lees). Pero ahí no está toda la gracia, uno de sus ingredientes es la flor de Sechuan, la que llaman ‘flor eléctrica’, así que al beberlo notarás una sensación eléctrica, un hormigueo inesperado que, curiosamente, quieres experimentar una y otra vez. Acepta dulce y salado, por eso la tapa Lola Flores (creada a petición de la propia artista) es perfecta: dátiles y sardina sobre un pan muy crujiente.

La cocina, a cargo de Miguel Martín, sorprende por su variedad y por la frescura de sus platos. Puedes tomar desde opciones saludables como sus ensaladas, sus famosos tartares y pescados, hasta una buena hamburguesa de Wagyu, una pasta a tu gusto o caer en la tentación de un postre como el pastel tibio de chocolate con sopa fría de ron.

El espacio consta de un salón, perfecto para una cita más formal; de terraza abierta en parte todos los días del año y ampliada en verano; y de barra donde te aseguras ese contacto directo con los barman. Tú decides en qué parte de este templo del cóctel quieres disfrutar, pues así considera Javier de las Muelas a lo bares, templos, y no hay que dudar en peregrinar al suyo en busca de tu cóctel perfecto.

* Fotos Paco Montanet.

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